Unas 160 personas peregrinaron a Santiago para concienciar sobre la diabetes

r.m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Intentan poner en valor los beneficios de la actividad física para combatir la enfermedad

10 jun 2018 . Actualizado a las 14:15 h.

El Camino de Santiago siempre ofrece una ocasión para aprender. Solo hay que dar el primer paso. Y eso es lo que ha hecho la Fundación para la Diabetes con el fin de concienciar a quienes sufren esta enfermedad de la importancia de incorporar la actividad física a su vida cotidiana para mejorar su control. Unos 160 afectados han decidido experimentarlo al aire libre, lejos de casa y en compañía de quienes mejor conocen sus necesidades. Ayer llegaron al Obradoiro con un mayor conocimiento sobre el efecto que el ejercicio físico pautado puede tener en su día a día, aunque no todos lo hicieron en las mismas condiciones después de caminar desde el día 3 desde Tui.

Lo tuvieron mejor quienes siguieron el entrenamiento previo de cuatro meses que les recomendó la fundación. «Quienes lo hicieron cumplieron bien el reto», afirma la gerente de la entidad, Ana Mateo, quien recorrió también los 118 kilómetros que separan la localidad pontevedresa de la tumba del Apóstol. Los que no, «lo pasaron algo peor», aunque el trayecto no tuvo incidencias mayores que algunas pequeñas hipoglucemias «bastante bien remontadas», porque no caminaron solos. Los acompañó el médico de familia Javier Ortega y siete enfermeras educadoras en diabetes que prácticamente todas las noches les revisaban los pies, cansados por la caminata, y por ser una de las patologías que suelen sufrir personas con diabetes. También hubo alguna contractura, pero todo fue alegría ayer al llegar al Obradoiro, pese a la lluvia, con la que hicieron buena parte del Camino.

Una iniciativa exitosa

El agua casi casi fue lo más complicado. «Hemos tenido algunos días duros, pero por las condiciones climatológicas, no por la patología», porque «caminar con lluvia es muy complicado, sobre todo cuando no te da respiro alguno y caminas con la ropa y el calzado todo mojado», confesaba Ana Mateo tras la recepción que les ofreció el Ayuntamiento en la que es la segunda peregrinación a Santiago de la fundación.

La primera llegó como proyecto piloto en el 2017 con 24 diabéticos de tipo 1 y 2. Las dos de este año atestiguan el éxito de la iniciativa, porque prácticamente cuando arrancó la de Tui culminaba la que se organizó entre Roncesvalles y Logroño con una asistencia de cien personas, aunque a lo largo de esas marchas suelen sumársele lo que ese colectivo identifica como diabético tipo 3, los familiares, explica Mateo. «Son un apoyo fundamental para ellos y es importante que entiendan qué es la diabetes».

Procedentes de Asturias, Madrid, Valencia, Valladolid, Zamora, Zaragoza, Portugal e incluso de A Coruña y la propia Compostela, todos iniciaron ayer la vuelta a sus hogares con mayor conocimiento sobre su enfermedad. Han «ido aprendiendo mucho». Porque «con control», el diabético «puede hacer deporte y superar cualquier reto».

Es la máxima que estos días defiende Ana Mateo, aunque ese control no solo implica un ejercicio adaptado a las circunstancias del diabético, sino que estos sean conocedores también de que hay que regular la medicación antes de hacer ejercicio, porque «la ingesta de alimentos y medicación no debe ser la misma» al realizar esa actividad.

De eso han aprendido algo entre Tui y Compostela, además de colaborar en un estudio de calidad de vida que está analizando los beneficios de realizar actividad física en la mejora del control de la diabetes tipo 2, tanto durante el programa de entrenamiento previo como en su aventura en el Camino, bautizada como Reto Camina por la Diabetes 2018, que ha contado con el apoyo de la firma danesa Novo Nordisk.

Según el doctor Serafín Murillo, investigador en el Clinic de Barcelona y coordinador de ese estudio, la práctica del ejercicio físico de forma regular tiene muchos efectos beneficiosos para los pacientes con diabetes, «incluso más allá de los relacionados con la mejora del control glucémico. Además de apostar por un estido de vida saludable, la Fundación para la Diabetes pone a disposición de la población herramientas para prevenirla.