Facilitará las sesiones vermú y las actuaciones culturales fuera de los establecimientos
30 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El gobierno de Santiago ya da por perdidos los conciertos en el interior de los locales de hostelería nocturna durante todo el verano, al asumir que no será posible encajar el convenio de colaboración con la Asociación Cidade Vella en la nueva Lei de Espectáculos, antes de la entrada en vigor de esta normativa, prevista para el próximo sábado, 2 de junio.
Las autoridades locales trabajan con otro horizonte y confían en poder tener una solución definitiva de cara al próximo otoño. Así se lo plantearon a los músicos y hosteleros en la última reunión mantenida en dependencias municipales. Ante esta situación, fuentes del equipo de gobierno apuntan que se permitirán y facilitarán en lo posible los conciertos y otras actividades culturales al aire libre, entre las que se incluyen las sesiones vermú al mediodía u otras propuestas para la media tarde y la noche. No se limitarán solo a los conciertos, sino que también habrá sesiones de cuentacuentos, microteatro, espectáculos de magia y otros eventos que ayuden a sustentar el pulso cultural de la ciudad en esa delicada tesitura.
La clave está en que la autorización de la programación al aire libre es competencia municipal, por lo que no se verían afectadas por la nueva ley gallega. En el caso de las sesiones de noche, los permisos se regirán por el horario que se establecía en el convenio de colaboración, y que supone que las actividades no se van a extender más allá de la una de la madrugada durante el fin de semana y de las doce de la noche en los días laborables.
Aunque el anuncio del Concello ha sido recibido con satisfacción por los hosteleros y los músicos, los dos colectivos advierten de la necesidad de plantear una solución definitiva en los próximos meses. Los portavoces de los músicos insisten en que económicamente la suspensión de las actividades dentro de los locales están acarreándoles un grave daño, por lo que piden que se busque una salida para recuperar unas actuaciones de las que dependen unos doscientos artistas solo en Santiago. Esgrimen que cuando llueva tampoco podrán hacerse actividades durante los meses de verano, porque no será posible trasladar los espectáculos al interior de los locales de hostelería.