La limpieza de los restos del último botellón de la Ascensión se demoró más de 24 horas

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Marga Mosteiro

El sábado hubo menos gente, pero su huella quedó en el campus

16 may 2018 . Actualizado a las 00:31 h.

El Campus Vida solo sufre ahora las consecuencias de los botellones juveniles coincidiendo con fechas especiales, como fue durante los días de la Ascensión. Atrás quedaron los botellones, que cada miércoles y jueves, hace algún tiempo incluso más días, dejaban una alfombra de botellas, vasos y plásticos por toda la zona de los estanques, en las gradas del campus, y también en el parque infantil de la Residencia, entorno de la Facultade de Química, y hasta en la Alameda.

Este recuerdo lejano se revivió estas fiestas de la Ascensión, cuando las gradas, situadas en las inmediaciones del IES Xelmírez I, se vieron invadidas por cientos de jóvenes dispuestos a celebrar la Ascensión por todo lo alto. La peor noche fue la del miércoles al jueves, y la siguiente también registró una fuerte concentración de chavales. Durante los dos primeros días, los servicios de limpieza del Concello se esmeraron en dejar todo listo para el siguiente botellón.

En cambio, la noche del sábado, cuando el botellón congregó a menos jóvenes, los servicios de limpieza no estuvieron tan ágiles. Los restos del botellón seguían siendo visibles durante la mañana del lunes, cuando el único barrendero asignado al campus se encontró con un trabajo extra para el que no tenía medios. Según comentó, los servicios de vigilancia del campus le aseguraron que habían dado aviso al Concello, pero la empresa no fue notificada, por lo que no se esperaban semejante desastre. Alertada por este trabajador, la empresa envió personal extra y material adecuado para limpiar la zona.

Los operarios de limpieza se emplearon a fondo para retirar las botellas y cristales rotos y esparcidos por las gradas, por los arbustos próximos a los estanques, y también por las zonas verdes de los alrededores.

El próximo miércoles, coincidiendo con la víspera del Día das Letras Galegas, podría celebrarse otro botellón. No estaría de más, que sus promotores se llevaran consigo sus restos.