La precampaña electoral se sube a la noria de la Ascensión

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

Los pesos pesados de los partidos con presencia en el Concello de Santiago calientan motores electorales

11 may 2018 . Actualizado a las 16:04 h.

Núñez Feijoo se vino arriba y se subió a la noria; Gonzalo Caballero se estrenó en la tómbola y Ana Pontón se dejó seducir por los tentáculos del pulpo. Todos ellos desembarcaron en el paseo de A Ferradura para verse y dejarse ver en el consabido paseíllo de las fiestas de la Ascensión con Martiño Noriega haciendo las veces de anfitrión y saludando a los visitantes con más o menos efusividad según las simpatías personales o los movimientos de ficha del juego político.

La Ascensión es la fiesta de los compostelanos, pero si uno va a la Alameda a la hora punta del día festivo sabe que corre el riesgo de encontrarse con los políticos y de hacer como la señora que escapa de la foto «non vaia ser que nos inmortalicen con este» o como el joven fascinado que exclamó: «Ohhh, es Alberto». En los dos casos era el presidente de la Xunta. Alberto Núñez Feijoo llegó, como siempre, acompañado de Agustín Hernández y luego se le sumó Paula Prado. Pero esta vez, será la paternidad, será que empieza la campaña o será, simplemente, que animaba el buen tiempo, el presidente se vino arriba al llegar a la noria y con determinación sacó un billete de 50 euros del bolsillo, pidió cuatro tiques y se subió a la noria con los suyos. Cuando llegó Rosa Quintana y los vio arriba, no se lo podía creer.

Al ritmo de Luis Fonsi llegaron poco después los nacionalistas; esta vez, además de Goretti Sanmartín y Xosé Luis Rivas, Mini, acompañó a Rubén Cela la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, que Raxoi bien vale una pulpada y un apretón de manos con el alcalde. Los del Bloque hicieron la fiesta por su cuenta y, manteniendo las tradiciones, se sentaron al fondo sur de la carpa de la Pulpería García. O no vieron o no quisieron ver a los del PP que ya daban buena cuenta de los criollos en una mesa central, pero más bien inclinada a la derecha, según como se mire.

Al lado de los populares se sentaron los socialistas. Paco Reyes apareció bien flanqueado por el secretario xeral del PSdeG, Gonzalo Caballero -que tuvo que superar unas primarias para dejarse ver por la Ascensión-, y por el presidente de la Diputación de A Coruña, Valentín González Formoso. En un discreto segundo plano se quedó Xosé Bugallo, y Leiceaga hizo acto de presencia cuando ya sus compañeros de equipo se sentaban estratégicamente en una de las mesas del centro, cerca de la del PP pero más próxima todavía a la de Compostela Aberta, del tal manera que cuando llegó Martiño Noriega con su comitiva, unos y otros se mezclaron en efusivos saludos.

Desde la noria se puede ver Monte Pío, pero también Raxoi y O Hórreo. El universo gallego en miniatura. El mal de altura.