Más de 30.000 personas aplauden a Bruce Springsteen en Santiago

La Voz

SANTIAGO

ÁLVARO BALLESTEROS

El concierto celebrado hace 25 años servía también para inaugurar el auditorio del Monte do Gozo

09 may 2018 . Actualizado a las 19:27 h.

Bruce Springsteen llegó hace 25 años a la capital gallega y sedujo con su sonrisa a cientos de peregrinos que coincidieron ayer tarde con él por las calles nobles de Santiago. Acompañado siempre por tres inmensas moles humanas que le guardaban la espalda, Bruce adquirió una sortija del siglo XIX en una tienda de antigüedades y se mostró encantado con la ciudad.

MERCE ARES

El rockero y todo su equipo llegaron a Lavacolla al mediodía en vuelo privado y su primer desplazamiento desde el hotel fue al lugar del concierto para revisar el escenario. A partir de las 11 de hoy se pondrán a la venta en las taquillas del Monte do Gozo las 6.000 entradas que restan para cubrir el aforo.

El concierto

El rock sin fisuras de Springsteen, un derroche de entrega en el escenario, emotivo, sensible o enérgico, hizo vibrar anoche a casi treinta mil personas en el Monte do Gozo. Durante tres horas, el Boss ofreció lo mejor de un capital acumulado durante dos décadas con el inevitable protagonismo de los temas recopilados en «Human touch» y «Lucky town», junto a sus clásicos, que arrancaron los mejores momentos.

El veterano rocker de New Jersey logró con "Born in the USA", "The river" o "Born to run" las mayores cotas de complicidad de un público entregado de antemano. Springsteen dejó sentado que en su escenario no hay lugar para la monotonía. Armado tan sólo con su guitarra acústica y su armónica, en clave intimista, el Boss, en solitario durante los prolegómenos del concierto, se bastó para llenar con su voz y su figura indumentaria negra desde los pies al inevitable pañuelo cruzado sobre su frente el mastodóntico escenario equipado con medio millón de watios de luz y 150.000 de un sonido que no desmereció.

El primer gran concierto pop-rock de los programados por los planes Compostela 93 y Xacobeo abarrotó el Auditorio del Monte do Gozo, que así quedó inaugurado. Un público de todas las edades, desde aquellos que lo descubrieron tras su primera gira española en 1981 a los que después de doce años les sigue emocionando "The river", desafió la tormenta que hasta sólo unos minutos antes de la cita amagó con deslucir el concierto.

Al final, las torres de la catedral al fondo, una puesta de sol impresionante y la presencia del Boss, en diálogo no sólo musical con sus fans, a quienes se dirigió en chapurreando alguna palabra en castellano y gallego entre tema y tema. Tras entonar, voz rasgada e intensa comunión con el público, las tres primeras canciones, irrumpió en el escenario su nueva banda. Sólo Roy Bittan, desde los teclados, hizo recordar E Streen Band.

El auditorio bailó, coreó, se emocionó, fue un mar de brazos al aire, al ritmo de "Darkness on the edge of town", "Brillant disguise", "Hungry hart", "Glory days", "Thunder road" y otras joyas que dejó Bruce.

Colas de hasta 300 metros

Lo que a partir de las nueve en punto de la noche de ayer, aún con un sol mortecino, iba a ocurrir en el Monte do Gozo se anticipaba en las calles o en las cafeterías de Santiago, donde se juntaban grupos de amigos, o en la explanada de Salgueiriños, donde se cambiaba el coche por el transporte público. Ayer no se habló de otra cosa en Compostela. Luego vendrían las interminables colas para acceder al servicio especial de autobuses.

A las puertas del auditorio esperaban los más impacientes desde última hora de la mañana. Pudieron entrar a las seis. Miles de coches llegados de toda Galicia accedieron hasta el Monte do Gozo, otros quedaron aparcados en las cunetas de los accesos. El colapso de tráfico fue inevitable, pese a que el dispositivo especial de la Guardia Civil y la Policía Local funcionó según lo previsto.