ANPA de Vite

Cristóbal Ramírez

SANTIAGO

17 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Son todo un ejemplo. Los padres (ahora hay que especificar también a las madres, parece ser que es lenguaje inclusivo o correcto o vaya a saber qué) de la ANPA del CEIP de Vite han vuelto a organizar una mañana para los pequeños yudocas de la ciudad: el V Campeonato Infantil. La cita fue el sábado en el conocido como pabellón de lata, algo que más recuerda a un hangar provisional y algo cutre de la Segunda Guerra Mundial que a otra cosa.

Pero esa indignidad de la instalación quedó olvidada por la excelente organización de que hicieron gala. Aprovechando los recursos al máximo, echando muchas horas y una admirable voluntad sacaron adelante un acto deportivo y lúdico que los hace merecedores de cerrado aplauso. Pensaron en todo, calcularon espacios y tráfico de participantes y familiares. Desde área delimitada para personas con movilidad reducida hasta venta de chocolate caliente (¡vaya si se agradecía en aquel congelador de lata!) con bizcocho casero de regalo.

Pero por encima del acto está la demostración práctica que han protagonizado. Porque han dejado claro que no hay que ser sueco o británico para organizar algo impecablemente. No es difícil, aunque parezca lo contrario. Se trata, lisa y llanamente, de no practicar el deporte tan español de quejarse por todo, de abandonar la costumbre tan gallega de ver con envidia zancadillera lo que hace el de al lado («Perder perdino todo, pero amolar amoleino», ¿recuerdan?), de remangarse y trabajar. Y cuando el trabajo se acaba, cada uno a su casa y Dios en la de todos.

Resumen: si alguien quiere organizar algo, que llame a la ANPA del CEIP de Vite. O al menos que le pregunten. Valor seguro.