La reforma de la avenida de Vilagarcía cerrará la calle hasta final de año

rosa martínez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

La obra arrancará el 9 de abril y abrirá destacadas actuaciones urbanas para el 2018

30 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La actividad reurbanizadora volverá al centro de la ciudad después de la renovación de Montero Ríos. En esta ocasión le tocará a la avenida de Vilagarcía, cuya reforma está pendiente desde hace años. De hecho, el proyecto que se ejecutará será el que dejó previsto el gobierno del PP, salvo por los cambios que ha tenido que introducir el actual ejecutivo (Compostela Aberta) por indicación de Patrimonio al tratarse de un tramo del Camino de Santiago. En todo caso, son cuestiones menores, relacionadas con el mobiliario urbano y la jardinería. Las obras arrancarán finalmente el día 9 de abril y obligarán a cortar la calle durante ocho meses. Ese es el plazo con el que se ha adjudicado la ejecución de un proyecto licitado por 410.523 euros y contratado por 282.399, sin contar el IVA.

El Ayuntamiento no ha decidido todavía cómo resolverá el desvío del tráfico que utiliza esta calle. Lo hará la próxima semana, aunque no hay muchas alternativas. Las dos conexiones con Romero Donallo más próximas a la avenida de Vilagarcía las ofrecen Rosalía de Castro y Frei Rosendo Salvado, lo que convierte estas vías en las alternativas naturales. Pero será esa reunión la que defina las condiciones de movilidad en la zona.

Al menos hasta el verano serán las únicas restricciones de tráfico que se prevén en el centro de la ciudad. Después el escenario se complicará un poco más. Porque el mismo día en que arrancarán las obras de la avenida de Vilagarcía se cerrará el plazo para la admisión de ofertas para la reurbanización de Patio de Madres y Castrón Douro. La adjudicación de la reforma todavía llevará un tiempo, pero se cuenta con que pueda iniciarse en verano. En este caso ha salido a licitación la primera fase por prácticamente 1,3 millones de euros, sin contar IVA, y por un plazo máximo de ejecución de año y medio.

Por su centricidad, ambas serán las obras que más afecten al conjunto de los ciudadanos en un año en que la actividad inversora municipal alcanzará a distintos barrios, ya sea con la planificación propia de este ejercicio como por la que quedó pendiente del anterior. Ello hará del 2018 un año importante en obras, según viene defendiendo el alcalde. Hasta principios de marzo el Ayuntamiento ya había licitado obra por casi cuatro millones de euros (con IVA incluido), además de actuaciones por otro millón licitadas a finales del 2017 y que todavía estaban inmersas en el proceso de adjudicación.

En esos montantes ya estaba contemplada la intervención de Castrón Douro, pero también la del ascensor de Triacastela, cuya ejecución está también en fase de contratación por un máximo de 412.000 euros y seis meses de ejecución. Son solo algunos de los proyectos, entre los de mayor importe, como el previsto cambio de césped sintético del campo de fútbol de Santa Isabel (524.000 euros), que están pendientes de licitación o adjudicación. Pero hay otros que ya están en puestos de salida para su ejecución. A lo largo de abril comenzará también el contrato para la sustitución de prácticamente 2.500 luminarias del alumbrado público por leds y dispositivos de regulación programada, una iniciativa que supondrá importantes ahorros pero también una inversión previa de 1,5 millones de euros. Y también habrán de arrancar el próximo mes las obras del parque infantil de Outeiro de Sar, la mejora del de Vite y el proyecto de recuperación de la senda peatonal del Sarela.

El vial cederá aparcamiento y un carril para mejorar su uso peatonal

La faz de la avenida de Vilagarcía cambiará radicalmente. Con firme todavía de adoquín, dos carriles de circulación y dos bandas de aparcamiento, el vial ganará espacio para el peatón, lo que implica la reducción de la capa de rodadura, pero también del área de estacionamiento. Y el adoquín dará paso al hormigón, si bien parte de aquel se reutilizará en la propia obra. Pero el peatón no solo ganará con la reorganización de los usos de la calle, sino también con la dotación de una zona de estar con arbolado y jardineras y la instalación de bancos de piedra y madera.

Las redes de servicios no precisarán renovación, salvo parte de la del agua y el alumbrado. En la primera se mantendrán las canalizaciones más recientes, pero se sustituirán los tramos que todavía persisten de fibrocemento, con una antigüedad aproximada de cincuenta años y en mal estado. Y se hará una red separativa para pluviales. En cuanto a las luminarias, en mal estado, se sustituirán y se mejorará la iluminación. El tono del material de obra también contribuirá a una iluminación diurna más adecuada.