El CHUS tiene reconocida capacidad para formar a 79 especialistas. Pero este año le ofrecen 57 plazas. Puede recibir, pues, casi un 40 % más «pero no depende de nosotros, tenemos que adaptarnos», explica Rogelio Leira.
Existe inquietud ante el proyecto de modificar esta formación. Hasta ahora, al aprobar el mir y elegir especialidad se pasa todo el período formativo en el servicio correspondiente. Pero el Ministerio de Sanidad pretende introducir un período de troncalidad de dos años comunes y después continuar en la especialidad concreta. Eso se ve como una amenaza en el CHUS y en los hospitales gallegos, ya que consideran que favorecería a centros de las grandes ciudades como Madrid o Barcelona. De momento se ha suspendido su aplicación, lo que da tranquilidad.
Rogelio Leira explica que un servicio quirúrgico que reciba dos especialistas en formación incrementa su plantilla en diez profesionales -dos por cada uno de los 5 años que dura la especialización-, y eso es una ventaja asistencial importante. Quienes se forman en servicios que son de referencia acceden a una capacitación superior a la de otros hospitales. Ocurre, por ejemplo, con neurocirugía o neurología de Santiago, donde se ofrecen prestaciones que no hay en otras ciudades. Eso incrementa el atractivo de especialistas que forman, para poner en marcha donde aún no las hay nuevas técnicas que aprenden aquí. Pero la formación exige un esfuerzo extra, para enseñar (con sesiones clínicas, seminarios específicos y otras actividades), supervisar y evaluar. Y los tutores aspiran a que se les reconozca mejor.