Los pronósticos iniciales situaban a las Black Bears de Maine en la mitad de la tabla, ya que algunas de las integrantes más destacadas del equipo habían decidido cambiar de universidad y los refuerzos llegaban en forma de jugadoras novatas sin experiencia en esta durísima liga. Esto hirió el orgullo de un equipo que comparte con Blanca el espíritu ganador y el alma competitiva.
El primer paso para llegar a la cima fue enfrentarse a los mejores equipos del país en pretemporada. Visitaron templos del baloncesto como los de Mississippi State o Duke, que les hicieron endurecerse. Después de esto comenzó el trabajo diario, la disciplina y, sobre todo, las ganas de demostrar que en equipo se puede llegar a cualquier sitio. La defensa se hizo su arma más letal y las victorias comenzaron a llegar una tras otra.
Hace dos meses, en una visita a Blanca en tierras americanas, pudimos comprobar la fortísima unión que hay entre equipo y cuerpo técnico y, sobre todo, la sobriedad, determinación y madurez que Blanca ha alcanzado y que seguramente era uno de los pocos aspectos que le faltaban por añadir a su personalidad de jugadora.
Juntas demostraron que la fuerza de un equipo muchas veces está en su unión y sus ganas de llegar a lo más alto. Evidenciaron, como dijo el increíble Michael Jordan, que «el talento gana partidos pero el trabajo en equipo gana campeonatos».
Blan, estamos orgullosos, llegarás a donde te propongas, nunca dejes de luchar por lo que quieres y, sobre todo, que nadie te diga que no puedes. Si alguien lo hace, demuéstrale que se equivoca.