«Los 70.000 kilos recogidos suponen un alivio para unas 18.000 personas»

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

La campaña de diciembre del Banco de Alimentos permite contar con productos hasta la primavera

14 ene 2018 . Actualizado a las 21:00 h.

Felicia Estévez Salazar es una de los más de 350 voluntarios que dedican muchas horas del día, «todo el tiempo libre», para llenar las estanterías del almacén del Banco de Alimentos Rías Altas en Santiago. Después de la parte más visible de la Gran Recogida, en el primer fin de semana de diciembre, «llega el momento de la clasificación, ordenación y colocación de todos los productos en las estanterías», explica. En esta labor silenciosa participan una decena de personas que no paran ni un minuto. Cuando a los voluntarios se les pregunta por la razón para participar en la Gran Recogida o para dedicar su tiempo libre a la oenegé, no suelen tener una respuesta clara. «No sabría decirte. Es algo que nos produce una satisfacción personal difícil de explicar», comenta Felicia. «Muchos vienen por oídas, por medio de amigos», comenta mientras resta importancia a su dedicación personal y elogia la de sus compañeros de oenegé.

En la última semana, tras el descanso del puente de la Constitución, «no hay parada; tenemos que tenerlo todo listo para el reparto de los productos navideños. Queremos que las asociaciones tengan los productos estos días, para que puedan empezar a repartir a las familias». A juzgar por el ritmo frenético con el que se mueven los voluntarios, llegarán a tiempo.

Las estanterías del almacén están llenas con los más de 70.000 kilos de alimentos recogidos en los tres días de diciembre en los supermercados y tiendas de alimentación de Santiago y Barbanza. «Este año, al coincidir con el primer fin de semana de apertura comercial de diciembre, muchos establecimientos que abrían el domingo dejaron las cajas para recoger más cosas», comenta. Esta impresionante respuesta de generosidad supondrá que el banco cuente con recursos para atender a unas 18.000 personas de las comarcas de Santiago y Barbanza durante muchos meses. «Al menos tendremos de casi todo hasta el mes de marzo, cuando haremos la siguiente campaña», comenta. De alimentación prácticamente habrá de todo, y solo los artículos de higiene personal «están flojos, porque la gente cree que no son tan necesarios, y lo son».

La recaudación «fue muy buena, porque los compostelanos son muy generosos». Felicia Estévez asegura que «cada vez más, las personas preguntan al voluntario por los productos más necesarios. Sorprende, y mucho, que si les dices a los donantes que nos hacen falta productos de higiene personal, traen estos artículos; y lo mismo ocurre cuando les pides leche infantil o comida precocinada».

Felicia Estévez Salazar reconoce que es fácil emocionarse cuando «llega un niño con unas chocolatinas, o vienen los estudiantes, que todos sabemos que van justos, y entregan una bolsa llena». En las cajas de los supermercados «había bolsas de los pajaritos continuamente. Hay personas que llegan con un carro lleno, y ves que no iban a comprar para ellos, sino solo para el banco. La generosidad de las personas es admirable, porque hacen un esfuerzo que los voluntarios agradecemos mucho».

Los lotes de alimentos del Banco de Alimentos Rías Altas son «solo una ayuda, pero no cubre el 100 % de las necesidades de todas las familias. Aunque llegamos a bastante, y con campañas como la de diciembre y la que se hará en marzo, es posible ampliar la colaboración. También la llegada de productos frescos nos permite llegar con más», explica la voluntaria.

La protagonista. Felicia Estévez Salazar es una de las voluntarias del Banco de Alimentos Rías Altas, que trabaja en la sede de Santiago.

Gran Recogida. En los centros de las comarcas de Santiago y Barbanza se recogieron 70.000 kilos de alimentos, que permitirán abastecer a 18.000 personas de los municipios de ambas zonas.