Condena de cinco años de cárcel para un hombre que abusó de la hija menor de edad de sus jefes

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

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Deberá indemnizar a la víctima con 4.000 euros y no podrá acercar a ella a menos de 200 metros en siete años

24 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cinco años de cárcel, una indemnización a su víctima de 4.000 euros y no poder acercarse a ella a menos de 200 metros durante los próximos siete años. Esa es la pena, además del pago de todas las costas procesales, que la sección compostelana de la Audiencia Provincial ha impuesto a un hombre de nacionalidad dominicana que estaba acusado de abusos sexuales continuados a una niña, hija del matrimonio que no solo le había contratado para que trabajase en su bar en Santiago, sino que también lo había alojado en su propia casa, donde también realizaba tareas del hogar y cuidaba a la pequeña.

El condenado, P. M. Q., carecía de antecedentes penales y residía desde principios del 2015 en Santiago. El bar de los padres de la víctima estaba en el bajo del mismo inmueble en el que residían y allí él trabajaba empleado por la madre de la menor. El tribunal considera probado que el acusado aprovechó que vivía en la misma vivienda en la que residía la niña y que incluso cuidaba de ella muchas noches mientras sus padres estaban en el local para quedarse a solas con ella.

Así, una noche en la que estaba a solas con la pequeña, sobre las 22 horas, hizo que la menor lo acompañara a su habitación y allí consiguió que le acariciara los genitales por encima de la ropa. Esta misma situación se reprodujo en al menos cuatro ocasiones y en alguna de ellas, según refleja el relato de hechos probados de la sentencia, P. Q. M. llegó a eyacular.

En alguna otra ocasión, el acusado también habría abrazado a la niña intensamente con propósito sexual y la habría llegado a besar en la boca con igual ánimo. La sentencia dictada por la sección sexta de la Audiencia Provincial, que es la que tiene su sede en Compostela, recalca además que el acusado le decía a la menor que los abusos eran un secreto entre ambos y que si se lo llegaba a contar a alguien él se marcharía de Santiago.