El juez entregó al denunciante el móvil y el presunto ladrón al que había identificado acabó condenado por un juzgado de Santiago al pago de una multa de 120 euros como autor de un delito leve de hurto. Sin embargo, el acusado presentó un recurso que la sección santiaguesa de la Audiencia Provincial acaba de estimar revocando la condena.
Estima el tribunal que no hay pruebas suficientes contra el acusado del hurto, ya que si bien es cierto que el repartidor lo había identificado, él pudo demostrar que a las 13 horas estaba en el servicio de toxicomanías de Santiago, muy lejos del lugar del robo. Además, la venta del teléfono la hizo un hombre distinto al que, sorprendentemente, no se relacionó con el delito.