La declaración del Camino como Primer Itinerario Cultural Europeo glorifica el histórico cordón umbilical de Santiago con Europa y el mundo. Ese Camino lo llenan viandantes, ciclistas y jinetes, pero detrás hay un mundo de valedores y estudiosos de la ruta jacobea que contribuyen a hacer grande el renombrado trayecto. Estos días ha dejado de Caminar una de esas personas, Linda Kay Davidson, «el alma del Camino en Canadá», según reza el obituario. Hace meses se fue Jannie Warcoller, «referente del Camino en Francia». Dos grandes mujeres del jacobeo universal entre la pléyade femenina que construye el mundo. Y siguen en la brecha muchas mujeres más, referentes en decenas de países. Y muchos hombres. Ese mismo Camino que un día recorrió Picaud y nos legó (si fue él) un Códice que, a propuesta de la Xunta, lo ensalzó la Unesco.