El 80 % de los menores multados por beber hacen trabajos a la comunidad

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

monica ferreirós

La ley contempla esta posibilidad para sustituir sanciones por actividades sociales

24 oct 2017 . Actualizado a las 00:21 h.

La ley del 2010 que prohíbe a los menores el consumo de cualquier tipo de alcohol -ya que antes podían tomar a partir de los 16 años bebidas de baja graduación como cerveza o vino-, recoge también que los adolescentes sancionados podrán sustituir las multas económicas por trabajos o actividades en beneficio de la comunidad. Y eso es lo que han hecho la mayoría de los jóvenes compostelanos que fueron sorprendidos este año por la policía consumiendo alcohol en lugares públicos.

En los primeros seis meses del 2017 se recibieron 25 actas de infracción. En 20 de ellas, los menores solicitaron no pagar la multa y realizar en su lugar un trabajo sustitutorio, según los datos provisionales del Concello. Otros cinco sí decidieron pagar la sanción, que suele rondar los 200 euros. Los jóvenes tienen seis meses para hacer este tipo de trabajos, siempre muy relacionados con el voluntariado. Si pasado ese plazo no lo han realizado se les emite la sanción. En el municipio compostelano esta opción no es solo para los menores -contemplada en la ley gallega- sino que también ofrecen el realizar este tipo de actividades a los mayores de edad que consumen en la vía pública.

No obstante, hay una diferencia, y es que los menores de edad están obligados a recibir una charla, de unas cuatro horas, que imparten los técnicos de la UMAD. En cuanto a las actividades, se realizan en entidades de voluntariado como Cruz Vermella, la propia Unidad Municipal de Atención a la Drogodependencia, el albergue de San Francisco, la asociación gallega de alzhéimer o la protectora de animales. En unos días, además, un grupo de estos jóvenes colaborarán como voluntarios en la carrera pedestre que se celebra en la ciudad. «Do que se trata e de que vaian a asociacións onde existe o voluntariado para que vexan cómo estas persoas empregan o seu tempo libre pero tamén disfrutan deses traballos, e ao mesmo tempo que ven tamén fan eles algo de voluntariado», apuntan en la UMAD.

Se multiplica la vigilancia

En todo el año 2016 se abrieron únicamente cuatro expedientes por este motivo, y la respuesta de los menores fue muy diferente, ya que solo uno de los cuatro decidió realizar trabajos en beneficio de la comunidad, mientras que los otros tres pagaron la multa. Esta diferencia entre actas de infracción en el 2016 y en el 2017 se debe, según fuentes del Ayuntamiento, a que se ha reforzado la vigilancia policial y, además, a que ahora se actúa más con agentes vestidos de paisano, por lo que es complicado para los jóvenes identificar a las fuerzas de seguridad y evitar las multas, lo que lleva a que se tramiten más expedientes.

El Concello, a través de la UMAD, no hace un seguimiento de la reincidencia de los adolescentes que son sancionados por beber alcohol. Sí admiten desde la unidad de atención a la drogodependencia que «o único que podemos dicir é que xa non existen eses catro mil mozos que antes estaban na Alameda consumindo alcol», explican.