El Ensanche demanda alternativas a la pérdida de plazas de aparcamiento

rosa martínez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Insiste en que la solución está en un párking asequible en la Avenida da Coruña

10 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Comerciantes y vecinos del Ensanche siguen esperando alternativas a la mengua de plazas de aparcamiento en superficie que lleva pareja la humanización de la zona, donde en los últimos tres lustros se han perdido unas 1.500: dos tercios en la ORA y las demás en el entorno del barrio, afectadas también por reformas viarias.

La demanda es unánime por parte de los dos sectores, y también vieja. Pero lo único que ha avanzado hasta ahora son los programas reformadores, que si bien han introducido una notable mejoría en la movilidad peatonal también han impuesto una notable merma para los conductores, sin más opción que la de huir del centro o aflojar el bolsillo ante unas tarifas en los párkings subterráneos que ni Santiago Centro ni la entidad vecinal Raigame ven como alternativa.

Y no solo eso, sino que ya han renunciado a la búsqueda de una solución que pueda pasar por la reducción del coste de los subterráneos para los clientes del comercio y los residentes. Esa era una de las opciones que siempre habían puesto sobre la mesa, pero que ahora obvian. Para Xaquín Mato, presidente de Raigame y comerciante, esa es una vía «que está esgotada» tras los intentos infructuosos de hace tiempo. Y para Delmiro Prieto, vicepresidente de Santiago Centro, esos párkings son «insufribles», por los precios, aunque en algunos casos también por unas entradas y unas plazas «difíciles».

«Santa Marta no es solución»

La otra opción, la que mantienen viva, aunque ahora con más urgencia, es la dotación de un aparcamiento en el entorno. Con precios «sostibles», un párking que «sexa un servizo, non un negocio», afirma Mato, Del estilo de Xoán XXIII, sugiere Prieto. Y ambos miran, una vez más, para el campus. Pero para la Avenida da Coruña. Entienden que es la alternativa en el entorno que respondería, siempre que los precios sean asequibles, a las necesidades de una zona con mucha actividad comercial y a la de los vecinos que carecen de garaje, «que tamén os hai», observa Mato. Ni uno ni otro ve bien la ubicación que sugería el BNG en el campo de fútbol del campus, frente a Mestre Mateo. «Sería como Santa Marta», dice Prieto. Y Santa Marta no es solución para el Ensanche: «Se vio en el tiempo que lleva funcionando».

Reconociendo la mejoría que la reforma supone para los peatones, también defienden que la expulsión de vehículos no puede hacerse sin ofrecer alternativas que, además, ya se tenían que haber dispuesto. «Hai que dalas», apunta el presidente de Raigame hacia el Concello. Porque «está ben a tranquilidade de non ter coches nas rúas»: basta con fijarse, pone de ejemplo, en la última calle reurbanizada, Montero Ríos. Pero «tamén hai que ver onde metelos». Porque «aos clientes hai que darlles facilidades» y son ya muchos años, afirma, de oírles que «xa non hai onde parar», que «xa non se pode vir ao Ensanche». Y si «resulta que ademais tes aparcamento gratis noutro sitio, o comercio resíntese». Sin soluciones y pensando en que le pueda llegar la hora a Santiago de Chile, Mato reflexiona que «cando nos deamos conta non teremos onde ir».

Todo lo que sea mejorar la estancia del peatón en la calle está bien, defiende Prieto, quien no oculta, sin embargo, que la merma de estacionamiento en superficie es un problema para quien quiere acercarse al Ensanche. Un servicio de autobús con buenas frecuencias sería una solución para residentes de otros barrios, pero sin menoscabo del párking en el campus: La humanización «favorece al peatón y está bien», pero «no es suficiente». Y deja también a la imaginación la posibilidad de un aparcamiento en altura en la finca del Peleteiro.