«Cada vez se evidencia más la importancia del sueño de calidad para tener buena salud»

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

Especialistas de otras comunidades se forman en Santiago sobre técnicas de estimulación cerebral

20 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre 60 y 80 pacientes atiende cada día neurofisiología clínica, uno de los servicios centrales del CHUS. «A algunas personas les realizamos varias exploraciones, que son relativamente largas a veces. Nuestro objetivo es estudiar los grandes síndromes y las enfermedades del sistema nervioso, incluido el componente nervioso de los órganos sensoriales y del sistema muscular. Nuestro trabajo es de utilidad para neurología, traumatología, rehabilitación, pediatría, medicina interna, neumología, psiquiatría, reumatología, otorrino, medicina legal o del trabajo, prácticamente para todas las especialidades» explica José Luis Relova Quinteiro, jefe del servicio.

-¿Cómo funciona neurofisiología clínica?

-La edad media del personal del servicio no llega a 40 años. Somos 7 neurofisiólogos y el lunes se incorpora otro más, además de 3 mir en formación, enfermería y auxiliares. En el 2016 superamos las 7.500 pruebas.

-¿Cuál es la principal demanda que reciben?

-Nuestra actividad asistencial se estructura en tres secciones. La de electromiografía realizó 4.072 estudios; la de electroencefalografía, 2.407; y la de potenciales evocados, 1.083. En los estudios de suelo pélvico crecimos un 230 %, al pasar de 10 a 23; aunque en electromiografías aumentamos más de 500 en un año.

-Su antecesor, Manuel Peleteiro, resalta la monitorización intraoperatoria, ¿participan mucho en la actividad quirúrgica?

-Cada año intervenimos en más operaciones, superamos las cien. Participamos siempre en las de la epilepsia y de trastornos del movimiento, que son unidades de referencia en España. Nuestro papel es para que no se produzcan lesiones del sistema nervioso durante la operación. Si existe el riesgo de lesiones en músculos, en las extremidades, déficits sensoriales o alteraciones de la sensibilidad, avisamos al cirujano si surge algún problema.

-¿Cómo son los casos en que intervienen cuando el paciente que se opera no está completamente dormido?

-Durante una intervención quirúrgica no se puede despertar al paciente. Pero participamos en operaciones en las que el paciente está a medias, entre despierto y dormido. En Santiago no se ha operado nunca a nadie con una habilidad especial, que pueda por ejemplo interpretar un instrumento musical durante la intervención quirúrgica, como ha ocurrido en otros hospitales; pero los últimos años también contribuimos en casos semejantes a la preservación de áreas funcionales del cerebro durante operaciones de neurocirugía, por ejemplo.

-También estudian el sueño.

-Si, e intentamos crear una unidad funcional del sueño que integre a varios servicios del hospital, como neurología, neumología, psiquiatría, otorrino y otros, además del nuestro. En neurofisiología diagnosticamos las patologías del sueño, que pueden ser más de 300, y otras especialidades las tratan, o hacen un seguimiento de esas patologías. Cada vez se evidencia más la importancia del sueño de calidad para tener buena salud, y quizá llegue a ser una sección independiente.

-¿Hacia dónde evoluciona esta especialidad?

-Nuestro servicio ha formado a facultativos de centros como Valdecilla de Santander, La Fe de Valencia o Carlos Haya de Málaga. Somos referencia en registro intraoperatorio para estimulación cerebral profunda y el próximo año organizaremos otro curso para formar especialistas, además del congreso español de neurofisiología. En electromiografía incorporamos recientemente exploraciones de alta definición, que suministran información muy importante para el diagnóstico de síndromes miasténicos o de estructuras nerviosas situadas a nivel de la pelvis.

Hijo de uno de los pioneros de la especialidad en Santiago y Galicia

José Luis Relova Quinteiro es hijo de José Luis Relova Esteban, un ginecólogo natural de Ferrol, autor de la primera tesis doctoral en la que se usó la electroencefalografía en Santiago, en 1956. Fue así pionero de esta especialidad en Galicia. En Santiago tiene antecedentes desde 1953, cuando pediatría recibió un electroencefalógrafo, que puso a funcionar el profesor Javier Teijeira Brunet. Este profesional montó después en la calle General Pardiñas la primera consulta de electroencefalografía del norte de España.

Así lo refiere Manuel Peleteiro Fernández, anterior jefe de neurofisiología clínica del CHUS, en un reciente estudio sobre su historia. Resalta aportaciones posteriores de Gustavo Docampo, Germán Sierra, Reyes Oliveros o Manuel Torres Colomer. Las primeras plazas de formación de residentes en neurofisiología clínica se convocaron en 1970. Y desde 1977 la Seguridad Social promueve los servicios de esta especialidad, indica.

Además de la renovación e innovaciones de tecnología, Peleteiro destaca, para el avance de la especialidad, la relevancia de las unidades multidisciplinarias de cirugía de la epilepsia y de trastornos del movimiento, en 1998 ambas. Y la monitorización intraoperatoria, en la que interviene decisivamente en los últimos años José Luis Relova Quinteiro, según señala Manuel Peleteiro.