Confusión entre conductores y peregrinos

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

En el primer día del corte del puente de San Lázaro sobre la AP-9 hubo falta de información y desconcierto ante los desvíos. El Camino de Santiago es ahora casi cuatro kilómetros más largo

18 ago 2017 . Actualizado a las 13:03 h.

A las diez de la mañana, con dos horas de retraso respecto al horario previsto, los operarios descubrieron los carteles que impedían el paso hacia San Marcos desde la rotonda de San Lázaro por el puente de la AP-9. El corte, aunque anunciado y publicitado por la empresa, cogió de sorpresa a muchos conductores, que al llegar a la rotonda de San Lázaro, aminoraban la marcha para comprobar la imposibilidad de continuar. Y, de paso, ser informados por los trabajadores acerca del desvío para subir hacia San Marcos. La mejor opción, siempre que el destino no sea justo el otro lado del puente, es la autovía AG-54.

En cambio, para quienes se desplazan al Monte do Gozo, la única vía alternativa es seguir la ruta recomendada, que dispone de una señalización deficiente para aquellos que no conozcan la zona. Ayer, muchos peregrinos de vuelta al Monte do Gozo se encontraban de bruces con las obras del puente. Lucas Zatorski y Marta Pietrzak, peregrinos polacos que volvían a descansar al Monte do Gozo después de hacer el Camino Francés, llegaron al borde del puente sin tener claro hacia donde dirigirse debido a la falta de información. La única opción, para hacerlo a pie, es recorrer cuatro kilómetros de cuestas ascendentes.

Las señales del desvío para los conductores, desde Santiago, está colocada antes de la rotonda, pero después del Hotel Puerta del Camino solo la intuición permite adivinar que para seguir la vía alternativa hacia San Marcos hay que girar a la izquierda. Los vehículos circulan por los pasos inferiores de la autopista y el tren para seguir por la carretera de Aríns. A lo largo de todo este tramo, los peregrinos caminan por un sendero paralelo a la carretera. El tramo de la ruta alternativa se complica en el interior del Monte do Gozo, donde peregrinos y coches comparten la carretera. Debido al corte del puente de San Lázaro, peregrinos y conductores tienen que realizar un rodeo de casi cuatro kilómetros frente a los escasos 500 metros que suponen cruzar el puente, que se derriba ahora para construir otro más amplio.

Desde San Marcos, la ruta es clara, ya que los coches no tienen más opción que desviarse a la izquierda para circular por delante del Hotel Los Abetos y salir hacia San Lázaro por el paso inferior. Está situación se mantendrá hasta finales de año, por lo menos. Eso sí, las obras para derribar el puente comenzaron con puntualidad, según comentaron los vecinos, que confían en que si hay retraso, sea poco.

En el núcleo de San Lázaro (zona del Tangueiro), los vecinos se muestran resignados por las molestias que las obras van a provocarles en los próximos meses y piden que las autoridades modifiquen el nuevo recorrido de la línea 6 del bus urbano para mantener la parada de esta zona. «Pode entrar e volver a saír», comentó uno de los vecinos, que suponía «que agora non deixan pasar, pero aos do pan teñen que deixalos». También reclaman que se permita -ayer sí se autorizaba- el paso a los coches de los vecinos que residen en el entorno del Tangueiro.

Una alternativa a la propuesta del Camino Francés más corta y con menos pendientes

El trazado provisional del Camino Francés, debido a las obras de la autopista, amplía este tramo en casi cuatro kilómetros, en los que hay una considerable pendiente, que puede evitarse.

Los peregrinos llegan a la capilla de San Marcos, donde descansan y se fotografían junto a la escultura con la imagen de la Catedral al fondo. Tras esta breve parada, tanto el trazado oficial como el provisional les dirige en línea recta por una cuesta descendente, con un sendero para protegerlos del tráfico. Al final de ella, el desvío les lleva hacia la entrada del Monte do Gozo por una fuerte pendiente ascendente para continuar por delante de las nuevas piscinas.

En este tramo, los peregrinos caminan por una pista sin arcén ni sendero, que también forma parte de la ruta alternativa para coches y autobuses. Finalmente llegan a la carretera de Aríns, donde hay sendero, y luego a San Lázaro. Pero los peregrinos podrían ser guiados desde la capilla por los senderos interiores del Monte do Gozo, pasar por detrás de las piscinas, para llegar a la misma carretera de Aríns. En este caso, los peregrinos irían por senderos sin riesgo y sin cuestas.