Profesores de la USC cuestionan los criterios para nombrar eméritos

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Critican que se limiten las plazas teniendo en cuenta que no cobran y ponen en entredicho requisitos como la antigüedad exigida

09 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ocho catedráticos de la Universidade de Santiago que se jubilan este año seguirán vinculados a la USC como profesores eméritos, una figura honoraria que les permite, por cinco años más, seguir realizando diversas funciones académicas como formar parte de los tribunales de las tesis o continuar con sus trabajos de investigación, colaborar con la dirección de dichas tareas o impartir clases en los cursos de posgrado. Tal y como aprobó el Consello de Goberno de la USC en su última sesión de julio, esa distinción recayó en Andrés Beiras, Juan Gestal, Javier Jorge, José María Martinón, Ermelindo Portela, José Rivas, Guillermo Rojo y José Joaquín Sánchez Guillén.

Para la selección del profesorado emérito, los ocho catedráticos tuvieron que acreditar una serie de condiciones que se fijaron en el Consello de Goberno de la USC celebrado el 5 de junio del 2015 y que establece una serie de requisitos que no todos los profesores de la universidad compostelana comparten; de hecho, además de esos ocho catedráticos nombrados eméritos, presentaron la solicitud otros tres que quedaron fuera y cuya trayectoria académica está más que reconocida.

En la Facultade de Ciencias da Educación, por ejemplo, ha caído como un jarro de agua fría que no se hubiese concedido esa distinción a la profesora Marilar Aleixandre. Hay que tener en cuenta que, a diferencia de los ad honorem, que se solicitan personalmente, en el caso de los eméritos es el departamento del que forman parte el que hace la solicitud, y en el de Didáctica Aplicada estaba ejerciendo la catedrática de Didáctica das Ciencias Experimentais una labor que ahora deberá dejar por no haber sido aprobada la petición. En este caso, por no alcanzar los 30 años de servicio activo en la universidad pública, cuestión que pesó más que su extenso currículo, los trabajos de investigación presentados y los servicios que a lo largo de muchos años prestó a la USC la también académica de la RAG.

No hubo unanimidad cuando se aprobaron los criterios de selección del personal emérito; de hecho, hubo 23 votos a favor, seis en contra y diez abstenciones. Los que se opusieron blandieron razonamientos que siguen pesando hoy en día, como esa antigüedad que va, sobre todo, en contra de las mujeres, con hace años no jugaban en igualdad de condiciones a la hora de acceder a determinados puestos. También se cuestiona que se limiten las plazas al 15 % de los que se jubilan cuando suponen un valor añadido para la universidad a coste cero, ya que -a diferencia de otras universidades- los eméritos de la USC no perciben remuneración alguna. Otros criterios que se ponen en entredicho tienen que ver con la baremación de cuestiones relacionadas con el currículo con las que no toda la comunidad universitaria está de acuerdo.

Investigar, evaluar tesis y dar clases, pero solo en posgrado

Para ser emérito es necesario tener más de 65 años y menos de 75; haber prestado servicios universitarios al menos en los últimos treinta años, de los que veinte o más tienen que ser en la USC, así como otras cuestiones que tienen que ver con la actividad investigadora y con la docencia. Su nombramiento es de un curso académico que podrá ser prorrogado anualmente hasta completar cinco años, aunque la condición de emérito será vitalicia a efectos honoríficos.

Los profesores eméritos, que alcanzan esa condición una vez jubilados, seguirán desempeñando tareas vinculadas a la USC a tiempo parcial, pero solo en determinados campos. No podrán, por ejemplo, seguir dando clases a los alumnos de posgrado, pero sí a los de los másteres. También podrán continuar con sus trabajos de investigación y colaborar en la dirección de esas tareas, así como formar parte de los tribunales de tesis y de las comisiones de evaluación de los trabajos de fin de maestría. En principio, tienen derecho a un espacio asignado en los departamentos a los que pertenecen, así como el derecho a acceder y utilizar todos los servicios que presta la USC.

Sin remuneración

Aunque en el pasado sí tenían una compensación económica, como sigue ocurriendo en otras universidades, ahora no perciben salario alguno de la USC. Aún así, les compensa porque la mayoría de los profesores se jubilan con trabajos de investigación en curso y con publicaciones pendientes que muchas veces no pudieron finalizar en activo por impedírselo sus obligaciones académicas y docentes.