Manuel Rey, Coco, vuela en cualquier posición

Ignacio Javier Calvo Ríos
NASO CALVO SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

En el Campeonato del Mundo celebrado en Rusia logró la medalla de bronce por equipos

31 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel Rey Cordeiro (Vigo, 1962) vive en Sigüeiro, localidad próxima a Santiago. Coco, como le llaman sus amigos, fue dos veces campeón de España de ultraligeros y dos veces subcampeón del mundo en la misma especialidad. Suma un total de doce campeonatos de España y dos subcampeonatos europeos. Los ultraligeros son aviones que tienen una regulación especial cuya limitación de peso máximo en el despegue es de 450 kilos. Hace muchos años forma parte de la patrulla acrobática Asociación Jacob 52, que cuenta con un Yak-52, avión ruso muy robusto y «fácil de operar» en las grandes acrobacias. Pesa 1.000 kilos, con 360 caballos y un motor radial de nueve cilindros.

Tiene este avión con otros cuatro pilotos desde el 2000. «Comprarlo no es caro, pero sí el mantenimiento y el ponerlo en vuelo, aunque entre cinco se lleva mejor», señala Coco. Su gran pasión es la acrobacia. Este año se celebró el quinto Campeonato del Mundo de acrobacia con este tipo de avión (Yak-52), que la Federación Aérea Internacional (FAI) considera como una categoría específica. El cuarto fue en Sudáfrica y «allí fue imposible ir». Se celebró hace cuatro años y los tres primeros campeonatos de este nivel «por desconocimiento y porque tampoco hubiese tenido el nivel para asistir» ya son historia.

Su última gran cita fue en Rusia y acabó tercero en la clasificación por equipos. En la general individual terminó en el puesto 13. El equipo español lo formó con Juan Socias, de Palma de Mallorca, que concluyó la cita de 12 en clasificación individual y con el que compartió la medalla de bronce.

«No es un deporte muy caro, sobre todo si lo comparamos con otros», recuerda Coco, que es comandante de la compañía Vueling y que para asistir a un evento de este tipo tiene que contar con la ayuda y colaboración de sus compañeros y de su empresa. «Me llamaron de la federación para asistir al Campeonato del Mundo y tuve que comunicárselo a mi empresa porque a estas alturas y al estar cerca del verano tenemos bastantes dificultades para solicitar cambios, pues hay mucho trabajo. Hablé con mis jefes y me consiguieron los días para poder asistir. Lo organicé todo una semana antes y con solo dos días de entrenamiento. Para allí nos fuimos, a la aventura», cuenta este piloto acrobático de categoría avanzada.

Entrenamientos

Entrena un fin de semana cada dos meses y lo hace con el resto de compañeros de la patrulla, con los que a lo largo del año asiste a varios festivales aéreos por España adelante. «Hacemos cuatro vuelos el fin de semana que entrenamos. Lo cierto es que no hay mucho tiempo para practicar», asume Coco, quien señala que no es un deporte tan arriesgado como pueda parecer desde tierra. Aclara que todo lo que hacen en el aire está «perfectamente ensayado y practicado». Insiste en que «no nos inventamos nada que no hayamos hecho antes. Claro que el vuelo en formación de aviones exige muchísima disciplina y también un alto nivel. Somos cinco aviones y vamos juntos, lo que requiere mucha atención».