De las últimas cifras sorprende no solo la expansión de la especie en cuestión de medio año, sino también su aproximación paulatina a los cascos urbanos. Como explica Xosé Lois Rey, coordinador de la sección de Entomología de la Sociedade Galega de Historia Natural, «la velutina es una especie en pleno proceso de expansión, así que el aumento de nidos entra dentro de lo habitual».
En cuanto a su presencia en las zonas urbanas, el investigador responde que también es parte del ciclo natural, ya que «cuando la avispa o cualquier otra especie satura las zonas preferentes, donde tiene más comida, se desplaza a lugares que son menos propicios».
La Sociedade Galega de Historia Natural informó ya en el 2012 a la Xunta sobre la aparición de Vespa velutina a escasa distancia de Galicia, en la zona de Viana do Castelo (Portugal), e instaba a crear un protocolo. La especie, procedente de China, entró en Galicia en ese mismo año, por la costa de Lugo y siguiendo una ruta desde la costa de Francia. Solo un año más tarde se localizaron nuevos nidos en el sur de Pontevedra. Desde entonces, su expansión no ha parado.
La plaga supone más una amenaza ambiental que para las personas, coinciden tanto Xosé Lois como los bomberos que actúan cada día contra la especie. Explican que la avispa en sí no es agresiva, solo se defiende cuando siente que su nido está siendo directamente atacado. Sin embargo, el verdadero problema se produce por la agresividad de la velutina hacia las abejas autóctonas, que son las encargadas de la polinización. Al contrario, las avispas asiáticas no son polinizadoras y no encuentran en Galicia un insecto autóctono que, por ahora, les haga frente, explica Xosé Lois Rey, que añade que actualmente la relajación de los controles en la implantación de plantas está trayendo nuevas especies amenazantes como la avispa del castaño.
Rey coordina la sección de Entomoloxía de la Sociedade de Historia Natural