«Ámbitos como el de la educación también necesitan comités de ética»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

La experta catalana en servicios sociales Begoña Román participó en una jornada en el  Colegio Médico

11 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia cuenta con un comité de bioética y los hospitales también poseen estos órganos de debate. No así los servicios sociales. La comunidad va bastante retrasada en relación a otras como Cataluña, Asturias o País Vasco. La sede del Colegio de Médicos de Santiago acogió una jornada para abordar precisamente la dimensión ética de la asistencia clínica y también social, organizada por Geriatros-Sarquavitae, en la que participó Begoña Román, presidenta del comité ético de servicios sociales de Cataluña. Pero, avisa, hay otros campos con dilemas éticos que lo necesitan.

-¿Se ha olvidado la dimensión ética en los servicios sociales?

-No lo creo, porque los profesionales tienen una clara conciencia de la intromisión que hacen en la vida de las personas, por lo que son plenamente conscientes de esta dimensión ética. Lo que ocurre es que ha estado enfocado desde un aspecto personal, y el problema está en la descoordinación entre equipos y servicios. Pero no se ha olvidado esta dimensión, no ha sido como en la medicina, que en algún momento se deshumanizó.

-¿Qué tipo de conflictos surgen?

-Tenemos una enorme variedad, porque por un lado están las personas mayores, con un tipo de problemática, por otro los inmigrantes sin papeles, jóvenes adolescentes tutelados, violencia de género, salud mental, adiciones. Lo único que tienen en común estos colectivos, que es mucho, es su gran debilidad y vulnerabilidad, y la incapacidad de por sí solos salir de esta situación.

-¿Los usuarios recurren al comité de ética o ni siquiera saben que cuentan con ese derecho?

-Sí, tenemos casos de personas atendidas muy conscientes de sus derechos y que nos hacen preguntas directamente. Un caso que nos llegó fue el de un señor de 40 años cuya madre estaba demenciada y que cuidaba a su padre, quien entabló una relación con la cuidadora. El hijo decía que había una mala praxis, y la trabajadora social que analizó la situación, que los cuidados eran buenos. Se envió a otra trabajadora social, que también dijo que la madre estaba bien cuidada y que hasta esa relación, el padre estaba absolutamente decaído. Aún así pensamos, a raíz de eso, que era importante establecer bien las relaciones laborales y sentimentales, e hicimos un documento sobre cómo testar a favor del cuidador.

-Galicia no tiene comité de ética de servicios sociales, ¿va por detrás?

-Me consta que la Fundación Paideia está poniendo en marcha una serie de formaciones para dirigirse a este objetivo [yo diría que va por detrás, apunta el experto gallego en bioética José Ramón Amor Pan, la relación de Galicia con la ética....].

-Están bien los comités en sanidad o servicios sociales, ¿son necesarios en otros ámbitos como la educación?

-Es algo clarísimo. Ámbitos como la educación también los necesitan. En los espacios de atención psicopedagógica de los colegios hay problemática social, clínica, trastornos de conducta, y surgen conflictos éticos. Nos piden mucha formación y mi objetivo es que se creen.

-¿Cuál es el reto de la ética en los servicios sociales?

-Me gusta decir que tenemos un referente en Cataluña, que son los comités de los hospitales, que han hecho mucho, tomemos nota de eso y de lo que no les ha funcionado, que es la proximidad a la línea de intervención, es decir, como decimos nosotros, la trinchera está alejada del comité, llegan pocos casos y al revés, el comité llega poco a la trinchera.

Quién es. Profesora de Filosofía, preside el Comité Ético de servicios sociales en Cataluña.

La jornada. Organizada por

Geriatros-Sarquavitae, que fue pionera al crear un comité de ética asistencial propio, abordó esta dimensión en la asistencia social y clínica.