La reestructuración bancaria deja vacíos ocho locales en el entorno de la plaza de Galicia

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

JUAN CAPEÁNS

La reordenación del mapa de sucursales deja tocada a una de las zonas de mayor valor inmobiliario de Compostela

24 abr 2017 . Actualizado a las 10:06 h.

Poseer en propiedad un buen bajo en el centro de la ciudad y contar con un banco como inquilino era, hasta hace unos años, lo más parecido a tener una pensión de oro garantizada de por vida. Pero la crisis financiera y la consecuente reestructuración bancaria le ha dado un vuelco incluso a un negocio que se antojaba seguro hasta que las entidades han empezado a cerrar sucursales, bien sea por estrategia de empresa o porque se duplicaba la oferta tras la cascada de adquisiciones, subastas y fusiones.

Galicia perdió en los últimos años 815 sucursales, un tercio de las que había, una cifra levemente inferior a lo ocurrido en el resto del Estado, y en la actualidad hay seis oficinas de banca por cada 10.000 habitantes. Curiosamente, los cierres se han cebado con las localidades menos pobladas, pero también han afectado al centro de ciudades como Santiago. En la plaza de Galicia, el corazón financiero y comercial de la capital, ocho grandes locales están vacíos desde que comenzó a temblar el sector con la caída de Lehman Brothers. Algunos llevan solo unos meses sin ocupación, pero otros ya acumulan una temporada demasiado larga a pesar de la buena ubicación y de contar con un buen tamaño para cualquier otro negocio.

Las agencias y particulares que ofrecen estos locales admiten que, insospechadamente, una zona tan «buena» como la plaza de Galicia se ha complicado porque los bancos «miran» más por el alquiler y no tienen reparos en marcharse a otro local céntrico en rotación y aprovechar para poner al día las instalaciones. Es el caso del Banco Santander, que tras la adquisición de Banesto se encontró con dos espléndidos bajos en la plaza. «Era lógico cerrar uno de ellos», explican desde la entidad presidida por Patricia Botín, que ha optado por mantener el del Hotel Compostela. Este local está ahora en obras para adaptarlo a las oficinas Smart Red, más al día en cuanto a las nuevas tecnologías. Mientras, ocupa provisionalmente el antiguo local que hace esquina con la Senra y que volverá a quedar libre en semanas.

En esta última calle y en la continuación por Fonte de San Antonio hay tres vacantes que acumulan meses sin ocupación, aunque dos -Caja Duero y Caixabank- han trasladado su actividad bien cerca, a los números 4 y 6 de Xeneral Pardiñas.

El caso de Abanca se veía venir. La central en Santiago sigue en el edificio propiedad de Amancio Ortega, entre Doutor Teixeiro y Montero Ríos, de ahí que los nuevos dueños hayan optado por cerrar oficinas en las que históricamente se alojaban Caixa Galicia o Caixanova. La del inicio del Hórreo se clausuró ya hace meses porque el vecino Banco Etcheverría, también de Banesco, se ha convertido en Abanca. Y la de Montero Ríos dejó de operar el 17 de marzo. El BBVA también cerró la oficina de esta calle para centralizar la atención al público en la principal de A Senra.