Los tribunales salvan la curtiduría de Otero Pombo de la demolición

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

La nueva Lei do Solo, a la que apeló el Concello, vino a legalizar la edificación

29 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Seis años después de una sentencia que anulaba su actuación, el calvario del promotor Xosé Otero Pombo con la rehabilitación de la antigua fábrica de curtidos de Ribeira de San Lourenzo ha concluido. Una sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia acaba de determinar que la construcción es legal y la sentencia de demolición parcial de la misma, inejecutable. La resolución judicial que acaba con el suplicio del constructor compostelano ha podido ser posible tras un cambio de legislación urbanística por parte de la Xunta.

Xosé Otero Pombo ejecutó, con al correspondiente licencia, el proyecto de restauración de la vieja curtiduría para dotarla de sendos usos sociocultural (museo) y hotelero de las edificaciones existentes y dos de nueva planta. La iniciativa se llevó a cabo con proyecto del arquitecto Víctor Cotelo, presentado en Raxoi en el año 2000, lo que significa que el trámite de la rehabilitación de la curtiduría comenzó realmente hace 17 años.

El proyecto fue objeto de premios y reconocimientos internacionales, entre ellos el de la Bienal de Venecia. Pero ello no fue suficiente para que una resolución judicial declarara ilegal la construcción tras una demanda interpuesta por una vecina de la zona en el año 2011. Y el edificio rehabilitado se quedó en situación de abandono, aunque una nueva sentencia decidió ceñir la demolición a la estructura del tejado de la edificación realizada sobre el antiguo secadero de la fábrica.

La inversión realizada por Otero Pombo se convertía en agua de borrajas y el mismo promotor estimaba en cinco millones de euros el quebranto económico que le suponía el litigio judicial.

Con la modificación de la Lei do Solo el pasado año, el Concello y el propio constructor vieron el cielo abierto para la legalización de los edificios. El gobierno local, al amparo de esa modificación, varió su estrategia urbanística en relación a la intervención de Otero Pombo, de forma que se situó en terreno legal.

No obstante, y obviamente desconfiado, Xosé Otero pidió a la Justicia que se hiciese un peritaje de lo construido para verificar si, efectivamente, se adaptaba o no a la Lei do Solo. El acuerdo del Ayuntamiento era el tercero que adoptaba la administración compostelana y el empresario no las tenía todas consigo.

Ratificación de legalidad

El Tribunal Superior de Xustiza aceptó la petición del constructor, nombró a un arquitecto, el técnico ratificó la legalidad de lo construido y la sentencia viene a reparar, con muchos años de retraso, una situación que muchos arquitectos, aparte del Concello, veían cuando menos sorprendente y la mayor parte de ellos injusta.

La sentencia viene, en todo caso, a salvar la edificación de la piqueta y a legalizarla, y eso es ya un elemento de tranquilidad para el gobierno local compostelano. No obstante, la resolución no es aún firme y cabe un recurso de apelación en el plazo de quince días ante la misma instancia, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. «Eu agardo que non haxa máis percorrido xudicial. A nova estratexia, aproveitando a Lei do Solo, deu resultado e vense regularizar e legalizar unha situación que seguramente non tiña que ter pasado polos malos momentos que pasou», dijo el alcalde Martiño Noriega.