Decidió acabar con el estrés, vino a pasar diez días y ya lleva en Santiago diez años
15 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El Camino trae de todo hasta Santiago desde hace mil años: desde pulgas que saltan de sábana en sábana hasta culturas, idiomas, ideas y personas cargadas con una historia más o menos singular. La vida de Christian Brandstetter en Austria era de lo más normal hasta el año 2001. Tenía una buena posición en el mundo de la producción musical, se movía también por Alemania e Italia y su nombre tenía cierto peso en el periodismo especializado, que le permitía vivir con holgura gracias a sus colaboraciones en revistas, radios y televisiones.
Ahora es uno de esos nuevos compostelanos que se engancharon a la Ruta Xacobea y que se quedaron anclados a Santiago. En un momento de estrés laboral se lanzó al Camino tras leer El peregrino de Compostela de Claudio Coelho, cuando la información de viajes era más bien limitada. «No tenía ni idea de lo que hacía ni esperaba nada», dice con un aceptable español con un evidente acento germánico. Cargado con una desproporcionada mochila de 24 kilos, comenzó a caminar desde Francia y no paró hasta Fisterra. «No me pareció suficiente, así que volví a Saint Jean Pied-de-Port y lo hice de nuevo. Todo le llevó unos cuatro meses, hasta que se dio cuenta de que su vida «iba programada por un carril» y que todo había cambiado.
La decisión estaba tomada. «Encontré la libertad, sin presiones, y conseguí calidad de vida, pero sobre todo me di cuenta de que cada día era como dos años de mi pasado», asegura una década después de instalarse en Santiago. Entre la primera experiencia y las siguientes, y hubo muchas, empezó a comprobar que la Ruta también abría oportunidades de negocio, y por ello se lanzó a crear sus propios productos, que empezó a repartir personalmente por sesenta puntos de venta. Se trata de cartas, postales y camisetas «diferentes», en varios idiomas y desmarcadas de la mercadotecnia habitual.
Así ha pasado los últimos veranos, recorriendo una y otra vez el itinerario cultural hasta Pamplona, a veces en coche, a veces caminándolo parcialmente, pero siempre tomándose tiempo para visitar a los que en realidad ya no son clientes, sino «amigos». Además, no fue una década como otra cualquiera. En ese tiempo el relámpago de la crisis atravesó Europa, mientras que el Camino crecía a golpe de dos dígitos anuales, como dirían en su anterior trabajo de productor. Sin embargo, ese bum de los peregrinos también atrajo demasiados nuevos negocios, así que la conclusión es que «todos tienen problemas».
Después de años volcado en la Ruta «empecé a echar de menos mi trabajo». En realidad, añoraba regresar a la radio -colabora semanalmente en Compostela en la Onda- y recuperar los tiempos de juventud en los que quería ser «popstar». Entonces llegó a entrar en un estudio de grabación y a ponerse delante del micrófono, pero alguien le paró los pies. «¡Me dijeron que no sabía cantar!». Ahora lo admite, pero fue un revés a su ilusión. La misma que ahora le pone organizando fiestas musicales que giran en torno a los vídeos musicales y que ya ha llevado en otras ocasiones a la Sala Capitol. Este sábado tiene una nueva cita en la que, además de invitar a una consumición a los 50 primeros, habrá regalos y viajes que se sortearán entre los que quieran ver en una pantalla de cuarenta metros cuadrados cómo eran las actuaciones en los años 70, 80 y 90. Christian coleccionó cuatro mil vídeos, mil de ellos remasterizados, y está convencido de que el Movimiento 80, que es como denomina a estas fiestas, tiene futuro. Por eso lo quiere llevar a otras ciudades. Su nuevo camino comienza en Compostela.
Christian Brandstetter. (Austria, 1960) Dejó su trabajo como periodista y productor musical en Austria para vivir en Santiago. Se enamoró del Camino.
Fiesta en Capitol. Promotor del Movimiento 80, organiza una fiesta este sábado (de 21.30 a 2 horas) con vídeos musicales de los 70, 80 y 90