El gobierno local se reconforta con un sondeo que pone en alerta a sus rivales

S. lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

La oposición pide tiempo para que el voto estimado refleje el malestar que ve en la calle

30 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La encuesta de Sondaxe que La Voz publica estos días deja el reparto de las actas de Raxoi, cuando el mandato municipal encara su ecuador, tal como lo decidieron los ciudadanos con su voto en los comicios de mayo del 2015. Con un desgaste mínimo, Compostela Aberta sale airosa del primer tramo de su gestión y mantiene el concejal de diferencia sobre un PP que crece menos de lo que precisa para disputarle el poder. La clave está en que las valoraciones mayoritariamente negativas de los ciudadanos sobre la gestión en el Concello no se traducen en una penalización de las expectativas electorales de la fuerza que gobierna. Ante esta tesitura, y en un clima de cautela general, el alcalde, Martiño Noriega, sostiene que el sondeo «confirma que a cidade está por riba das posicións de parte». Y la oposición dice que es cuestión de tiempo que el malestar que palpa en la calle aflore en la intención de voto de los compostelanos.

Como es habitual, además de asumir que los sondeos aportan siempre materia para reflexionar, cada interpelado por el dictamen de los ciudadanos trata de llevar el agua a su molino. Noriega esgrime que la encuesta de Sondaxe «sinala que o non recoñecemento dos resultados de hai ano e medio, e a campaña agresiva impulsada por determinados partidos e intereses minoritarios da cidade, non está a ter efecto e non respecta a vontade expresada polos veciños e veciñas hai ano e medio». «Que peguen máis forte», ironiza. Pero el regidor también ve en el sondeo un estímulo «para dar o mellor de nós mesmos no que resta de lexislatura ao servizo da xente». Subraya, en una reflexión que también funciona como explicación frente a los ciudadanos descontentos, que «no primeiro ano e medio sementamos, desbrozamos e aínda comezamos a recoller». Ahí reivindica desde la puesta en marcha de iniciativas como la renta social, los presupuestos participativos, el contrato de mantenimiento, la peatonalización de la rúa de San Pedro, el pacto de la movilidad, la dinamización cultural y la disminución de la deuda bancaria del Concello en 12 millones hasta el «ano récord en cifras turísticas».

La oposición insiste en que el árbol del voto estimado no puede ocultar el bosque del malestar ciudadano, que el sondeo muestra con crudeza. El ex alcalde y portavoz municipal del PP, Agustín Hernández, advierte que el trabajo de Sondaxe aporta «moitos datos» para el análisis. «Hai moita máis xente que pensa que no goberno non hai proxecto da que pensa o contrario», señala. Ya, pero la evolución del voto mantiene una foto fija, en la que la oposición no rentabiliza esas críticas a Compostela Aberta. «A evolución do voto nin a valoro. Son moi esixente comigo mesmo e isto serve para seguir mellorando. Se estivera no lugar do alcalde, reflexionaría sobre por que é o único das tres cidades [en referencia a Santiago, A Coruña y Ferrol] que non mellora», arguye Hernández. Admite que el PP debe reflexionar sobre las razones que le impiden canalizar ese descontento ciudadano: «Pode deberse a un desgaste da marca a nivel local ou á falla de visualización do noso proxecto».

Tampoco el socialista Francisco Reyes escapa a la autocrítica, entre llamadas a la prudencia por el trecho que todavía queda de mandato. Apunta la complicada situación del PSOE, «con xestoras en Madrid e en Galicia, e con cuestións internas aquí como o cuarto concelleiro [en alusión al caso de Antón Barba, que sigue sin tomar posesión de su acta]», aunque lo hace para resaltar el mérito de mantener los ediles en ese escenario adverso. Reyes, que admite la urgencia de contactar con los jóvenes, está convencido de que según avance el mandato los ciudadanos acabarán pasando factura a Compostela Aberta. «Moitos aínda manteñen as expectativas iniciais», indica.

Rubén Cela (BNG) abunda en esa línea que «hai unha valoración importante de que este non está a ser un bó goberno, e de que ten moitas limitacións e deficiencias na xestión diaria. Pero ese desacerto non se traduce na estimación de voto porque aínda é cedo». Destaca la línea al alza del BNG, que atribuye a la labor de oposición y al efecto Pontón.