«Cuantas más salas de conciertos y más variadas tenga Santiago, mejor»

Brais Capelán SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

Reivindica la singularidad del local que lleva dos meses abierto en la rúa do Preguntoiro

30 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A Martín Calviño la vocación hostelera le viene de familia. Sus padres son propietarios de los restaurantes San Jaime y Central, y él lleva años metido en el mundillo de la organización de conciertos y eventos. Con esos ingredientes era imposible que el proyecto de la sala Riquela saliese mal. Este local ocupa el espacio de la antigua zapatería Severino, en la rúa do Preguntoiro. Martín solo se bastó para arrancar desde cero este proyecto, que combina cafetería y sala de conciertos. En solo dos meses, ya ha albergado interesantes propuestas en directo, como la actuación de Rodrigo Amarante. Además, en diciembre estarán en el local de Martín otros nombres propios, como es Micah P. Hinson.

-¿El objetivo es acoger conciertos y actuaciones más alternativos que el resto de locales?

-Para empezar, no somos solo una sala de conciertos. Tenemos una parte de día, que es la cafetería, que tiene cocina. Hay dos zonas diferenciadas en el local. La parte trasera es la sala de conciertos, aunque también está disponible para otros usos. En cuanto a la línea a seguir, trato de hacer cosas que me motiven. Me interesa mucho el rhythm and blues, el blues y el jazz. Pero, de vez en cuando, siempre vienen cosas de promotores externos, como fue el Curtocircuíto o el WOS, que trajeron actuaciones al local. Tratas de combinarlo con lo tuyo.

-¿Esperaba contar con artistas de la talla de Rodrigo Amarante o del propio Micah P. Hinson en tan poco tiempo?

-Como yo también estoy metido en el mundillo, tengo los contactos y tengo la ventaja de que, como me conocen, me ofrecen a ciertos artistas antes que llevarlos a otras salas o otras ciudades de Galicia. Luego también está el tema del aforo. En Santiago tienes la sala Capitol, con más de 800 personas, que para ciertos conciertos se queda grande y en otros casos te vas a locales más pequeños. Nosotros nos encontramos en el término intermedio, con 220 personas. Es ideal para ese tipo de artistas.

-¿Se inspiró en algún local en concreto para ambientar el suyo?

-Había ojeado ciertas cosas antes de reformar el local. Busqué que la iluminación diese la sensación de estar en un espacio cálido. En cuanto al espacio, no hay un ejemplo claro. Creo que locales como este, en Galicia, no hay ninguno; con dos zonas diferenciadas, para el día y para la noche, con cocina...

-Sí que resulta curioso ver a la gente tomando un café y al fondo un concierto.

-Yo tampoco quería limitar el espacio del negocio solo a la noche. Quería diversificar un poco el negocio. Además, la parte trasera también se utiliza para hacer cenas, prebodas y eventos varios, no solo para conciertos.

-¿Cree que en Santiago hay demasiadas salas de conciertos?

-No es lo mismo un espacio en el que entran entre 150 y 230 personas y parece lleno que otro como la sala Malatesta, que necesita 400 para parecerlo. Además de eso, es el concepto lo que varía en Santiago. Nuestra sala respira un ambiente más acústico o de blues. Sinceramente, no creo que en Santiago haya overbooking de salas de conciertos; está la Malatesta, el Sónar y Capitol. El resto son pequeños locales y bares donde se celebran actuaciones en directo, pero salas de conciertos solo cuento esas. Además, cuantas más haya y más variedad, mejor.

-¿Algún artista o grupo que le gustaría traer a Riquela?

-Tengo varios, pero como estoy empezando no puedo permitirme el lujo. Hay artistas que, aunque vaya a perder dinero, sí que me gustaría traer, pero por el momento no pienso mucho en ello. De aquí a un año o dos, pensaré en hacer cosas que me motiven de forma especial.