Absuelto el colombiano acusado de traer coca disuelta en chocolate

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

No quedó probado que supiera que había droga en las tabletas

25 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Audiencia Provincial ha absuelto al colombiano afincado en Santiago del delito de narcotráfico del que estaba acusado porque un tercero le envió a su nombre dos paquetes con tabletas de chocolate en las que iba disuelta cocaína. Entiende el tribunal que no hay contra Raúl Antonio Mora Gómez «prueba suficiente» que pueda echar por tierra su presunción de inocencia. Él, de hecho, mantuvo en todo momento que no era culpable y en el juicio declaró que fue engañado por un conocido en su país que le pidió enviar el chocolate con la excusa de introducir esa marca comercial en Galicia pero que él jamás supo que era una treta para camuflar la droga.

La Fiscalía pedía para Mora Gómez una pena de nueve años de cárcel y una multa de 267.000 euros. El fallo reconoce que lo normal es que nadie envíe casi un kilo de cocaína sin el conocimiento del destinatario, por su alto valor, «pero tampoco puede descartarse como hipótesis posible que se contara con que este destinatario supuestamente ignorante de la presencia de la droga recibiera el paquete del servicio postal y que una vez constatada su recepción la organización se pusiera en contacto con él para hacerse con el mismo».

Los hechos se remontan al 15 de abril del 2015, cuando en la aduana del aeropuerto de Madrid-Barajas se detectó un paquete a nombre del acusado ahora absuelto con seis tabletas de chocolate cuyo peso era de 2,8 kilos. Cuando las analizaron, se descubrió que mezclado con el dulce había 465 gramos de cocaína. La Guardia Civil activó el dispositivo de entrega controlada y los agentes se hicieron pasar por funcionarios de Correos. Sin embargo, tras dos intentos, Raúl Antonio Mora no llegó nunca a recoger el envío. Posteriormente, llegó un segundo paquete y fue entonces cuando el colombiano vecino de Santiago fue detenido. En este segundo envío había otras seis tabletas, con un peso total de tres kilos, y cuyo contenido de droga mezclada con el chocolate ascendía a 495 gramos, así que el alijo total era de 960 gramos.

Una vida normal

Además de que no se haya podido demostrar que el acusado conociese que los paquetes que le enviaron contenían cocaína, el tribunal ha tenido en cuenta que tanto él como su esposa llevan una vida absolutamente normal que no se corresponde con la habitual de los narcotraficantes. Él trabaja en la construcción de forma estable y ella como dependienta en una tienda de Santiago y tienen un hijo en común. Llevaban, asegura la sentencia, «una vida acorde con su nivel económico y su actividad (...) sin que se hayan constatado, pese a la investigación de que fueron objeto, signos externos o comportamientos que no encajen con tal situación». En este sentido, no cambiaban inusualmente de domicilio ni tenían más que los teléfonos móviles que utilizaban en cada momento.