«Yo respeto a todo el mundo, menos a los maltratadores»

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

Suso Pais recibe insultos por vetar la entrada a su local a los partidarios del Toro de la Vega

12 sep 2016 . Actualizado a las 07:49 h.

El cartel con la leyenda «Prohibido el acceso a los defensores del Toro de la Vega» fue colocado en el café Literarios hace unos siete años. Desde entonces, cada verano, los turistas «se paraban, comentaban, reían y se fotografiaban junto al mensaje, pero no pasaba de ahí la cosa. Entonces se colgó una foto en Facebook y corrió como la pólvora», comenta Suso Pais, propietario del café-bar de la Quintana. En tres días, la noticia que era de consumo local se extendió por las redes sociales y llegó a 4.000 personas, para seguir multiplicándose y cubrir todos los rincones.

Durante todos estos años, pero muy especialmente este verano, las anécdotas ha sido numerosas, aunque en general no hubo situaciones excesivamente molestas. «Lo más habitual es llamarnos sinvergüenzas, o decir que esto no puede ser o el clásico de que hay que respetar las tradiciones». Para estos últimos, Pais tiene una sugerencia: «Volvemos al circo romano, o que metan en un coso a un toro suelto con cinco personas, todos a cuerpo. Las tradiciones que no valen hay que eliminarlas. Respeto todas las opiniones, a todo el mundo, menos a los maltratadores de mujeres, de hombres, de animales».

El propietario del bar asegura que nunca pierde la compostura, «ni siquiera cuando una mujer, que estaba acompañada de otras cinco consumiendo dentro del local, se percató del cartel, y nos dijo que eso no podía ser. Se enfadó mucho, se levantaron las seis y se marcharon sin pagar». Tampoco se alteró cuando recibió un mensaje por e-mail, en el que «me decía que no procedía ese cartel en un local de la hostelería de Santiago, y que nunca iría al local», a lo que contestó «ya no contaba contigo». Más curiosa aún fue la anécdota de otro hostelero de Santiago. «Me dijo que la vergüenza era que tuviera una terraza encima de un cementerio. Claro que no se percató de que el Literarios está en Quintana de Vivos, la de Muertos está bajando las escaleras», aclara.

A los reproches en persona o por mensajes de correo electrónico se suman ahora los telefónicos. Desde hace unos días, cuando Facebook empezó a hacer de las suyas, comenzaron a recibir llamadas en el café. «En un solo día hubo seis». Un hombre, que dijo ser de un pueblo cercano a Tordesillas, le insistió «a la camarera en que quería tener una charla conmigo, en un tono desafiante; otro pretendía saber a qué hora llegaba al bar». Pais asegura que, en general, los que llaman para «insultar, se encienden como una moto, y al no encontrar el mismo tono, se enfadan más. Yo me pregunto qué esperamos de un pueblo cuyo alcalde dice que al toro le duele, pero no sufre». Junto a las más desagradables están otras, como la de una pareja que entró al café y preguntó si podían pasar porque eran de Tordesillas. O la de «otro señor, trajeado, que nos comentó que era de Tordesillas, pero que no le gusta el Toro de la Vega».

Suso Pais no concibe a los bares como «abrevaderos, sino como algo más. El literarios es un espacio para compartir», reivindica. Además del cartel contra el maltrato animal, en su fachada hay otro de bienvenida a los refugiados, y dentro otro que advierte: «Territorio de mujeres, aquí acogemos a maltratadas». «Si precisan refugio o ayuda saben que pueden venir y las ayudamos. Ya tuvimos alguna situación así este verano», comenta.