Una de cada diez personas que acuden a Cáritas son «trabajadores pobres»

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

raquel cacabelos

La diócesis atendió a 53.400 solicitantes pese a que por vez primera desde el 2007 la oenegé dispuso de menos ingresos

09 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cáritas ayudó a lo largo del 2015 a 53.385 personas y abrió 1.823 expedientes nuevos de vecinos de la diócesis de Santiago que precisaron de apoyo económico y social por parte de la oenegé para satisfacer necesidades básicas. Anuncio Mouriño, director de Cáritas Diocesana, indicó que, atendiendo a los datos de «forma fría», son unas 20.000 personas menos, pero «se incrementou o gasto por persoa, e a redución no número de beneficiarios é consecuencia dunha depuración dos datos estatísticos, non dunha mellor situación».

La memoria de la entidad dependiente de la Iglesia Católica sitúa en un 10,9 % el número de personas que recurren a la oenegé que son «traballadores pobres», un perfil que «ata o 2007 non acudía a Cáritas», y que ahora «vén porque non chega a final de mes, porque son familias de catro ou cinco membros nas que só traballa unha persoa cunha paga por debaixo dos mil euros». Este nuevo perfil de usuario viene a reforzar el mensaje de alerta que lanza Cáritas Diocesana sobre la «cronificación da pobreza», y que se refleja también en el hecho de que el 15 % de sus usuarios son personas con estudios universitarios, el 41 % tienen estudios primarios y la mayoría son personas analfabetas, que aumentaron en el 2015 con respecto al año 2014, en un 0,7 %.

A lo largo del pasado año, Cáritas incrementó sus ayudas sociales en un 9 % y, más concretamente, aumentaron un 10 % los recursos destinados a satisfacer necesidades básicas de alimentación y suministros, y un 1 %, las relacionadas con el alquiler. Por su parte, los gastos se dispararon un 318 % en sanidad y un 439 % en educación.

En relación a estos datos, Mouriño señaló que «non hai dereito a que nun país de ricos, nun país do primeiro mundo, as entidades sociais teñamos que investir tanto en educación e sanidade. A educación e a sanidade son un dereito de todos, non hai dereito a que teñamos que pagar libros e lapis».

Frente al incremento de necesidades, Cáritas Diocesana sufrió una merma de ingresos en el 2015. Las cantidades aportadas por los socios bajaron un 2 % y las colectas un 18 %, pero la mayor caída fue en las donaciones, que se redujeron en un 48 %. Estas últimas siguen siendo, no obstante, el capítulo más importante de los ingresos, un 45 %.

Mouriño considera que esta situación es consecuencia del «mensaxe de que pasou a crise e a xente deixa de axudar, pero á vista está que non é así». El director de la entidad recordó a las Administraciones que la responsabilidad con las «persoas pobres é deles», y apuntó que «en Cáritas podemos dicir as cousas claras, porque non comemos da man de ninguén». El 17 % de los ingresos totales corresponden a subvenciones de las Administraciones públicas, y concretamente de la Xunta reciben un 4,75 % de los ingresos totales.

Una de las actividades de mayor peso son los cursos de formación laboral. En el 2015 se impartieron 40 y se celebraron 341 reuniones formativas, a las que asistieron 2.378 voluntarios. En los centros de trabajo se invirtieron 200.000 euros, lo que permitió que el 38 % de sus más de quinientos alumnos consiguieran un empleo, aunque en la mayoría de las ocasiones temporal.