Casas y sendas ocultas entre la maleza en un pulmón verde tomado por acampadas ilegales

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Marga Mosteiro

La brigada municipal inició ayer el desbroce de pistas, pero los vecinos reclama que se advierta a los dueños de terrenos

02 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En el entorno de San Lourenzo, en pleno Camino de Fisterra, la maleza oculta uno de los paisajes más hermosos de la ciudad, y también más desconocido por los compostelanos. Quienes han recorrido alguna vez el sendero del río Sarela entre Carmen de Abaixo y Vidán se habrán quedado sorprendidos al descubrir que, a los pies del casco histórico, es posible vivir las sensaciones de estar en el medio de un paraje natural. El problema es que las lluvias del invierno y el calor de la primavera, unidos a la falta de mantenimiento, han transformado el vergel en un polvorín. Los vecinos de San Lourenzo llevan años reclamando atención, y se muestran especialmente preocupados porque la maleza seca está casi junto a las puertas de sus casas y crece sin control por la Corredoira dos Muiños, rúa das Barreiras y, entre otros, el Rueiro de Figueiriñas. A la mente de los vecinos vuelven las imágenes de los incendios del 2006, cuando las llamas acecharon sus casas.

Aunque en la jornada de ayer se vieron sorprendidos con la llegada de la brigada municipal, que inició el desbroce de uno de los caminos principales, los vecinos están seguros de que ese trabajo será insuficiente. Además de los caminos principales, las pistas interiores han desaparecido bajo la maleza, y en las fincas particulares crecen silvas de dos metros de alto. Los vecinos reconocen que el Ayuntamiento no puede limpiar las parcelas particulares, pero «si puede obligar a limpiar», matiza un vecino. Desde la asociación vecinal se insiste en reclamar al Concello que advierta a los dueños de los terrenos de la obligación de dejar un margen de seguridad de 50 metros. Ante la dejadez de los propietarios, algunos residentes decidieron limpiar alrededor de sus casas para protegerse. Y otro vecino dedicó muchas horas a la limpieza de un camino que conduce al Carmen y que estaba oculto bajo las hierbas de las fincas.

Pero si el miedo al fuego preocupa a los vecinos, la acampada libre de dos individuos de reputación dudosa, en el medio del camino público que conduce a los molinos del Sarela, ha colmado la paciencia de la población, que no se atreve a utilizar la pista. Por si fuera poco, hace unos días fueron advertidos de que, en dos casas abandonadas muy próximas a la carballeira de San Lourenzo, se venden drogas, y que una furgoneta aparentemente abandonada en una cuneta se ha convertido en un punto de encuentro de toxicómanos. Además, en la parte posterior del hotel, en medio de la maleza de un finca, hay un grupo de personas acampadas desde hace años, y su número aumenta durante el verano.