La oposición ve incapacidad negociadora de Noriega en el «agravio» de la intermodal

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

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Rechaza de plano la «discriminación» del umbral de pasajeros

29 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Prueba de la incapacidad negociadora del gobierno de Martiño Noriega. Esta es la principal conclusión que extraen los grupos de la oposición municipal de Santiago sobre el trato «discriminatorio» del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) al proyecto de la estación intermodal, después de conocerse que el organismo del Ministerio de Fomento impuso en la capital gallega unas condiciones que no exigió en otras ciudades, como Ourense, cuya intermodal también quedó reflejada en un convenio días antes del 26J.

Para el portavoz del grupo municipal del PP, Agustín Hernández, resulta incomprensible que el alcalde aceptase el umbral de viajeros planteado por el Adif, 3,5 millones de pasajeros, como condición para construir la terminal definitiva del AVE, lo que puede suponer que Santiago permanezca al menos diez años con la reforma de las instalaciones actuales, obra que se iniciará en breve con un presupuesto de 9,2 millones de euros. Además, Hernández precisa que en Ourense la intermodal tiene ya un diseño, obra del estudio del Norman Foster, «y aquí no», y alude asimismo a la cofinanciación de la pasarela que unirá las terminales ferroviaria y de autobuses, que supondrá el desembolso del 30 % del coste del erario del Concello, lo que tampoco se le ha requerido a Ourense. «Esto demuestra que en Santiago se negoció mal y que no es culpa de la Administración central porque, obviamente, si no se le reclama no lo va a poner». Agustín Hernández concluye que el convenio de la intermodal de Santiago suscrito el pasado día 15 peca gravemente de «falta de ambición y de capacidad negociadora».

«Desaguisado»

Tan duro o más si cabe que Hernández se ha mostrado el portavoz municipal socialista, Paco Reyes, quien exige a Compostela Aberta que asuma el «error» que en su opinión ha sido la firma del convenio y que no intente resolver «a base de parches algo que ha nacido de forma equivocada», en referencia a este protocolo. Para Reyes, existe una «discriminación clara de nuestra ciudad» y considera que lo único positivo de «todo este desaguisado» es que no se ha anulado el protocolo del 2009, suscrito por el Concello con Sánchez Bugallo en la alcaldía y con el gobierno socialista de Zapatero y José Blanco en Madrid.

El portavoz del PSdeG considera que con el convenio que firmaron en plena campaña electoral Martiño Noriega; la ministra de Fomento, Ana Pastor; las conselleiras Ethel Vázquez y Beatriz Mato; y el presidente del Adif, Gonzalo Ferre, a diferencia de otras ciudades, Santiago va a tener «un intercambiador, no una intermodal, y además tendremos que pagar el 30 % de la pasarela y las expropiaciones de terrenos». Reyes sentencia que Compostela Aberta «ha buscado un gesto, pero ha comprometido seriamente el interés de los vecinos».

En parecidos términos se pronuncia el portavoz del BNG, Rubén Cela, quien tiene la impresión de que el Adif «nunca quixo facer unha intermodal en Santiago, e por iso quere arranxar os andéns e o hall e deixar para despois a estación». Para Cela, lo único seguro es que va a haber una nueva terminal de autobuses, que será construida por la Xunta, conectada con una pasarela al aire libre. Tras calificar de «inaceptable» y de «agravio comparativo» la condición de alcanzar los 3,5 millones de pasajeros, el portavoz nacionalista señala que el área de transporte intermodal de Santiago nunca se concibió como un proyecto único y está seguro que, con este convenio, en diez años no habrá intermodal.