Feijoo reclama la transferencia de fondos para luchar contra el declive demográfico

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

La población en Galicia
La Voz

La Xunta hace frente común con siete autonomías para que las variables sociales tengan peso en su financiación

07 jun 2016 . Actualizado a las 01:53 h.

En la vieja y avejentada Europa todavía quedan categorías demográficas, y en esa fosa común poblacional que va cavando el continente, Galicia acredita unos números tan rotundos como preocupantes. Pero no solo Galicia: otras siete comunidades españolas (Asturias, Cantabria, Castilla y León, Aragón, Castilla-La Mancha, La Rioja y Extremadura), gobernadas por partidos de diferentes colores, han encendido la luz roja de alarma y por ello han comenzado a llamar a las puertas del Gobierno central para priorizar y enfocar de manera autónoma el problema de la natalidad y el envejecimiento.

Así lo expresaron ayer en Santiago distintos representantes políticos en el quinto Foro Rexións Españolas con Desafíos Demográficos, que inauguró el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. El jefe del Ejecutivo gallego se erigió en portavoz del grupo de autonomías que van a menos para reclamar al Ejecutivo español la introducción del debate demográfico en el sistema de financiación de las comunidades. En concreto, pidió un fondo de cohesión que pondere el envejecimiento de los mayores de 65, 80 y 85 años y que a su vez tenga en cuenta y recompense los esfuerzos económicos en las políticas de natalidad que parten de las arcas autonómicas.

El presidente alertó de que el problema, más profundo en las zonas periféricas, afecta en realidad a toda España y a Europa en su conjunto, aunque considera que lo más efectivo es abordarlo de una manera «diferenciada», sin nerviosismo ni «resignación», porque el sistema será «inxusto» si solo se tiene en cuenta el volumen de la población y no su composición y características. Y puso un ejemplo: el coste sanitario de una persona de 80 años es similar al de tres jóvenes de 18. Y en Galicia, el 22,7 % de la población es mayor de 65 años, frente al 17,4 % del conjunto del Estado. «Aí está o peso do gasto social», exclamó el presidente de la Xunta. Por ello, todo lo que no contemple estas particularidades significará abundar en un sistema «insolidario», insistió, para admitir la evidencia de la «maior carestía» de servicios públicos en las sociedades envejecidas.

Feijoo no escondió el destino de sus reflexiones, dirigidas sobre todo al Gobierno español, «porque todo isto vai con el. As comunidades autónomas asumimos servizos por responsabilidade aínda que as políticas de natalidade son estatais e europeas», de ahí que vea como parte de la solución a un problema «moi serio» la transferencia de fondos para la cohesión demográfica.

 A la espera del nuevo Gobierno

La vicepresidenta de la Junta de Castilla y León, Rosa Valdeón (PP), incidió en las palabras de Feijoo y reclamó la implicación del próximo Gobierno de España, «lo constituya quien lo constituya», para que se sensibilice ante lo que considera un desafío nacional. «Somos comunidades prestadoras de servicios sociales y por eso pedimos que se asuma el coste real de lo que tenemos la obligación de dar», declaró.

Este grupo de comunidades autónomas españolas puso en valor el hecho de que sus reivindicaciones hayan sido escuchadas por el Comité de las Regiones, lo que ha propiciado que la Unión Europea tenga en cuenta en el reparto de los fondos de cohesión a partir del año 2020 las cuestiones relativas a demografía. De hecho, las voces que ayer se alzaron en Compostela no predicaban en el desierto. El conselleiro de Política Social de la Xunta, José Manuel Rey Varela, presidió la reunión técnica del foro en la que se redactaron las líneas maestras de los documentos que, con estas ideas básicas, se transmitirán a Madrid y Bruselas. La petición de una nueva financiación en clave demográfica llegará a la ponencia sobre despoblación del Senado y se pretende que esté en la agenda del Congreso que salga de la próxima cita electoral. Además, el encuentro sirvió para consensuar el texto que se trasladará este mismo año al Comité de las Regiones, cuyo ponente será el presidente castellanoleonés Juan Vicente Herrera (PP).

Los programas gallegos

Galicia presentó en el encuentro sus prácticas para frenar la deriva demográfica, como el Programa de Apoyo a la Natalidad -la iniciativa global de la Xunta para las familias-, la Tarxeta Benvida -cien euros al mes por cada bebé que nazca en la comunidad este año y el próximo-, las deducciones fiscales por nacimiento o la creación de plazas de guardería.

Fallo múltiple: nacen menos que los que mueren y se van más que los que llegan

La demografía, la ciencia que analiza la evolución y forma de las poblaciones humanas, es capaz de trazar con bastante nitidez qué horizonte le depara a una comunidad en función de la evolución registrada hasta ese momento. Y el futuro inmediato que se traza para Galicia no es que no sea bueno demográficamente hablando, sino que cada año que pasa es peor.

El último censo ha dibujado a una Galicia que pierde 40 habitantes cada día; o que por primera vez cuenta con más mayores de 85 años que menores de cuatro; o que ya las siete ciudades han entrado en recesión poblacional, o que 40 de las 53 comarcas dela comunidad tendrán a mediados de la década que viene el doble de jubilados que de menores de 20 años, ahí es nada.

Pero, ¿por qué Galicia se ha visto inmersa en dicha situación? Desde el punto de vista demográfico gran parte de la situación se explica con una simple cuenta: por cada 100 niños que nacen en la comunidad mueren 173 personas. Ahí está la clave principal de la deriva poblacional de Galicia, pero no es la única que explica qué le ocurre a una comunidad que desde el 2011 tiene su censo en rojo y ha perdido en ese tiempo 65.306 habitantes. En el último año completo analizado por los institutos estadísticos, el del 2014, se marcharon al extranjero 9.139 residentes en Galicia y llegaron de otros países 8.820, con lo que el saldo exterior es negativo. Pero el mismo signo tuvo también las migraciones entre Galicia y el resto de autonomías, aportando ese saldo otras 1.952 bajas más en el año referido.

Es decir, nacen menos niños que personas fallecen, y se marchan más personas de las que llegan, lo que en demografía es la tormenta perfecta, aderezada con un envejecimiento de la población, tanto que hoy mismo un cuarto de los residentes en Galicia supera los 65 años de edad.