Cinco técnicos

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

29 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La «crisis» que afecta a la Oficina de Rehabilitación municipal va mucho más allá de la cuestión puntual de la continuidad laboral de cuatro o cinco técnicos, vertiente esta muy importante por cuanto están en juego puestos de trabajo, aunque fuese solo uno. Sin embargo, lo trascendente es que se pone de manifiesto la precariedad de las políticas de rehabilitación de Santiago, en las que trabajan codo con codo el Concello y el Consorcio. Es muy significativa la evolución presupuestaria del organismo interadministrativo, convertido, en el grueso de sus cometidos, en mero gestor de gasto corriente, principalmente vinculado a la Filharmonía, ya que la orquesta se lleva casi la mitad de los 9,1 millones de euros que se gestionan este año desde el Pazo de Vaamonde. Quede claro que el problema no es la música, sino que se vengan abajo, con la falta de financiación, los objetivos de conservación de la zona histórica y sus añadidos, a través del Concello, de las áreas integrales de rehabilitación. Cierto es que las necesidades no son las mismas que hace veinte años, cuando el casco monumental pedía a gritos un tratamiento de choque, pero es lo que tiene ser patrimonio de la humanidad: el mimo permanente, sin ceder un milímetro a la ruina del paso del tiempo, de toda la ciudad histórica, desde los edificios monumentales a los residenciales, pasando por los espacios públicos urbanos. Esto requiere programas ambiciosos, bien dotados en lo económico y en personal técnico para que la Administración pueda ejercer esa función capital de control de toda obra que afecte a tan valiosa herencia, para poder legarla en perfectas condiciones de uso.