¿Dónde están los vecinos?

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

22 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Viernes 20 de mayo, 13.30 horas, centro del casco monumental. ¡Pero si solo hay turistas! ¿Donde están los vecinos, la gente de aquí? ¿Y los estudiantes, ya no hay estudiantes en Santiago? Quien así muestra su extrañeza, agobiado por una multitud de extranjeros más que por el calor que abarrota la «playa» pétrea del Obradoiro, no es un extraterrestre, sino un universitario de Derecho de la primera mitad de los 80, residente en San Francisco, cuando San Francisco antes que hotel y además de convento era residencia estudiantil. El hoy juez vuelve sobre sus pasos de hace más de 30 años y no reconoce nada, absolutamente nada, del panorama humano de las rúas, y eso que en aquella época no se podía decir que el casco histórico viviera en el esplendor demográfico, sino que ya rodaba cuesta abajo hacia el desierto vecinal al que hoy está condenado, a la ciudad de cartón piedra que echa el cierre a las ocho de la tarde y solo la hostelería mantiene en pie hasta el cambio de guardia con el Ensanche.

Ese es el problema: que, perfectamente diagnosticado, advertido, recetado incluso tratamiento a través del Plan Especial vigente y ahora en parsimoniosa revisión, no se ha conseguido revertir esta perseverante caída hacia el vacío; mucho peor todavía: ni siquiera se ha cortado la hemorragia. Nos regodeamos en el triunfalismo del abarrote turístico, y está muy bien porque no es incompatible, pero pasamos de puntillas sobre la pérdida de pulso vital de una ciudad histórica exánime, en la que, como aquel universitario, acabaremos por reconocer únicamente las piedras. Tan cuidadas, ellas sí.