Ciudad oculta

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

27 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Aveces, lo que parece más lógico y sencillo se vuelve inexplicablemente complicado, inviable. Es cuestión de simple voluntad. La de recuperar vida para el patrimonio monumental de la Iglesia dándole uso ciudadano conciliable con el religioso. ¿Por qué los turistas que nos visitan esta Semana Santa tienen muchos templos abiertos solo coincidiendo con los horarios de culto? ¿Y por qué seguir privando a compostelanos y visitantes de los espectaculares espacios verdes que se ocultan tras los altos muros de los céntricos monasterios, a los que solo tienen acceso los escasos religiosos que los habitan? Año tras año, todos los implicados en el sector turístico se lamentan del poco tiempo que pasan los visitantes en la ciudad y apelan a la necesidad de ampliar y diversificar los centros de atracción más allá de la Catedral y las tres plazas y otras tantas rúas que los retienen apenas unas horas. Sin embargo, teniéndolos ahí, ante vecinos, peregrinos y turistas, permanecen cerrados a cal y canto. No hay forma de organizar una sencilla ruta por los monumentos de la Iglesia porque, o está el párroco o conseguir la llave es misión casi imposible. El Consorcio inyecta cada año una parte importante de sus menguantes presupuestos en la conservación del patrimonio eclesiástico -más que en subvencionar la rehabilitación de viviendas-, pero no consigue flexibilidad para el acceso a esos tesoros que brillan gracias al dinero de todos. Las inversiones en la Catedral o las cuestionadas exenciones fiscales son argumentos para un mayor rendimiento social de ese inmenso patrimonio, lo que también reportará beneficios a la Iglesia donde solo ve incompatibilidades y costes.