El PSOE salva el presupuesto de Noriega

r. m. santiago / la voz

SANTIAGO

Bibiana Villaverde

Pese a sus críticas a las cuentas y a la actitud de CA, facilitó que prosperaran con su abstención

17 mar 2016 . Actualizado a las 14:11 h.

Santiago tendrá nuevos presupuestos, y sin vincularlos a la cuestión de confianza a la que estaba dispuesto a someterse Martiño Noriega este mismo viernes en el caso de que Compostela Aberta (CA) se encontrase ayer con el rechazo de la oposición a sus cuentas, que rozan los cien millones y que pondrán fin en abril, cuando entren en vigor, a la prórroga de las que aprobó el PP para el 2015. Aunque sin el apoyo expreso de ningún otro grupo y con el posicionamiento en contra de los populares, CA sacó adelante su proyecto económico con sus diez votos y la abstención por «responsabilidade» de socialistas (4) y nacionalistas (2) en un pleno en el que la oposición no solo no ahorró críticas al gobierno sino que mantuvo la tensión hasta el final.

Si bien su abstención era previsible, Paco Reyes no desveló el voto de su grupo hasta el último segundo de su última intervención, incrementando «o noso nivel de ansiedade», según confesaba un Martiño Noriega más relajado desde ese momento y que compartió felicitaciones con varios integrantes del gobierno después de cerrar la sesión con su agradecimiento a la participación de los demás grupos en un proceso negociador «decepcionante» para la oposición pero que permitió al gobierno presentar sus cuentas como «inclusivas» y defender una voluntad de consenso con la que no coincidió ninguna otra formación.

Porque, aunque sí reconocieron que había habido diálogo, el cuestionamiento de la disponibilidad del gobierno para el consenso fue unánime en la oposición. Agustín Hernández incluso lo acusó de mantener una actitud «seitarista» con el PP, cuando este afrontó ese proceso sin «apriorismos» ni «claves diferentes aos intereses dos veciños». Y después de cuestionar varias líneas del presupuesto acabó anunciando que su formación (9 ediles) se posicionaba en contra de unas cuentas tan «decepcionantes» como «está a ser o inicio do seu mandato», dijo a Noriega.

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Manifestamente

mellorables

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Un mandato del que lleva el 15 % sin que se note «nada de nada na cidade», abundó al tiempo que auguraba que Noriega no «aprobará en xestión» aunque ya disponga de sus cuentas, si bien ahora «deixará de ter pretexto para botarlle a culpa ao PP de todo o que pasa», concluyó Hernández.

Aunque coincidieron en los avances de los presupuestos de CA en materia social y de empleo, PSOE y BNG lo hicieron también en que las cuentas que presentó Noriega son «manifestamente mellorables». Pero más allá del detalle de los números, sus intervenciones se centraron en la actitud de un gobierno al que no ven con talante para el acuerdo pese a su posición minoritaria. Reyes negó que CA tuviese interés por abrir «espazos de consenso», renunciando desde el principio del mandato a la «posibilidade dun acordo máis amplo con los grupos progresistas» para aproximar posiciones sobre las necesidades de la ciudad y buscando «escusas e facéndose a vítima porque non lle deixan gobernar». «Só buscaba aprobar os seus orzamentos», en los que Reyes observa algunos «dos artificios contables do PP», al que «as súas políticas cada vez se parecen máis». Y «agora pídenos de novo responsabilidade». Y con la «responsabilidade» vino a justificar la abstención de su grupo, indispensable para que los presupuestos prosperasen ante el voto negativo del PP. Pero advirtiendo a CA que no serán corresponsables de su gestión. «Son os seus orzamentos e a responsabilidade vai ser só súa», le dijo Reyes a un Noriega que asumió «a tutela e a paternidade legal da criatura» después de defender la «vontade total» de diálogo del gobierno en un proceso negociador en el que negó «seitarismos» y que la cuestión de confianza fuese una pose, como observó el PP. De hecho, y aunque «non era o meu desexo» llegar a ella, la convocatoria del pleno del viernes estaba preparada, «por se era necesaria».

Y Rubén Cela defendió la necesidad de contar ya con unos presupuestos que superasen los del PP y cuya demora dificultaría más su ejecución. De ahí que no los fuesen a obstaculizar, pero su grupo tampoco estaba dispuesto a dar un «cheque en branco» a CA, porque pese a que incluyó algunas de sus propuestas y a compartir la necesidad de priorizar las políticas sociales, de empleo e igualdad «puídose facer máis e mellor ao respecto».

«Máis alá de vitorias ou derrotas quen gaña é a cidade, que haxa ferramentas para facer políticas é necesario»

Martiño Noriega

«Estes orzamentos son decepcionantes, como o inicio do seu mandato: non se nota en nada na cidade»

Agustín Hernández

«Levan nove meses con escusas e facéndose a vítima porque non lles deixan gobernar»

Paco Reyes

«O problema non foi de falar, senón de consensuar, e aí é onde estas contas puideron ser mellores»

Rubén Cela

El presupuesto se queda en 99,4 millones de euros, tres menos que el pasado año

38.275.000 ?

Gastos corrientes

Lo que importa ese capítulo, el más alto. Le sigue el gasto de personal: más de 30 millones.

40.538.000 ?

Impuestos directos

Ingresos que prevé por impuestos directos. Por indirectos, 3,4 millones y en tasas, 16.

6.545.000 ?

Inversiones reales

La cantidad que asigna Compostela Aberta baja con respecto a la del 2015.

Aunque primó el debate político, la sesión entró en cierto detalle en unas cuentas que se quedarán en 99,4 millones, 3,2 menos que en el 2015, y que CA defendió como progresistas, con la reorientación del gasto en políticas sociales, empleo, mantenimiento de equipamientos y viarios y el reequilibrio territorial, con mayor atención al rural. Pero no convencieron a una oposición que sostiene que «non son os que necesita a cidade», como el PP, o que esperaba más de ellos, como PSOE y BNG. En todo caso, son los que «vostedes nos deixaron» hacer «e fixemos o que puidemos na liña de prioridades de CA», dijo María Rozas tras recordar que su elaboración estuvo condicionada por la política fiscal que impuso la oposición y que supuso menos ingresos, extremo que cuestionaron el PP y el PSOE, que repararon en la disminución de las transferencias del Estado, lo que Rozas justificó en una bajada generalizada y en la partida duplicada del 2015.

En lo que sí coincidió toda la oposición fue en cuestionar las subvenciones nominativas, que crecen en su cuantía global y en el número de entidades, cuando están pidiendo que se reduzcan. Incluso apuntaron que por una cuestión normativa se impone su reformulación. El nuevo cuadro de personal también fue objeto de críticas, hasta el punto de que Reyes identificó «case como un ERE» la amortización de plazas «que estaban orzamentadas».

También se aprobó el plan económico financiero a que obligó el incumplimiento de la regla de gasto en el 2014, pero no implica nuevos ajustes después de los del 2015. Lo apoyaron CA y el PP. PSOE y BNG se abstuvieron.