Visitó Santiago para presentar su última novela, «No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles»
26 mar 2019 . Actualizado a las 16:38 h.El escritor y periodista argentino Patricio Pron acudió ayer a la librería Cronopios para firmar ejemplares de su quinta novela, No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles, en la que se entrelazan las vidas de tres generaciones de la familia italiana Linden, que se enfrentan a decisiones trascendentales tanto para ellas como para su entorno más cercano, en 1945, 1977 y en el 2014.
-¿Sus personajes se enfrentan a una lucha entre la razón y los sentimientos?
-Se ven obligados por las circunstancias a tomar decisiones complicadas. El primero se suma a la lucha partisana contra la ocupación nazi, y posteriormente toma la decisión de salvar la vida de un fascista. El segundo se integra en las Brigadas Rojas, pero tiene que decidir si las decisiones de la organización son realmente las suyas. Finalmente, Tomaso Linden debe tomar una dura decisión al calor de las protestas del 2014 por la reforma laboral en Milán. Se enfrentan a enemigos distintos, pero los tres asumen el imperio de las finanzas sobre el sujeto. La elección de los tiempos no es casual, es una novela sobre el presente pero con justificación en el pasado. Todo se repite cíclicamente.
-Las tres generaciones se enfrentan a situaciones parecidas, ¿están condenadas a repetir su pasado?
-En general, podría pensarse erróneamente que la historia es una exposición lineal de acontecimientos, que contribuyen a una mejora de las condiciones de vida. En realidad caminamos en círculo y estamos condenados a repetir una y otra vez la historia.
-¿De sus personajes, el partisano es el más idealista?
-Es un hombre que no se dejó enceguecer por la ideología y puso la vida de un hombre por delante de las ideas. Acepta que, aunque el otro es su rival político, no es su enemigo. Este es un asunto de actualidad, porque ahora hay una exacerbación del enfrentamiento político debido a la banalización de la política para convertirla en espectáculo, en parte por culpa de la figura del tertuliano. La realidad es que, mientras se debaten alianzas, la verdadera política transcurre de forma subterránea en el ámbito del poder económico.
-¿La política está desbancada por la economía?
-No responde a los intereses de los ciudadanos, sino de las empresas. La crisis es consecuencia de una nueva forma de gobernar.