Grabaciones sin permiso y bajas enturbian el clima de Ciudadanos en Compostela

X. R. santiago / la voz

SANTIAGO

Miembros críticos con la organización cuestionan su democracia interna, y la dirección niega que haya desavenencias

13 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Hoy he tramitado mi baja en un partido en el cual debería funcionar lo más elemental de una democracia, un ciudadano, un voto», escribió ayer por la tarde en Facebook un militante de Ciudadanos de Santiago, que ya no lo es, José Luis Calo. El clima del partido en Compostela no es nada bonancible y hasta la fecha fueron varios los afiliados que se han ido por el mismo motivo que Calo. Entre ellos varios integrantes de UPyD que desembarcaron en Ciudadanos, estuvieron a prueba, y finalmente se les revocó la militancia. La dirección del partido, en cambio, considera que en Compostela rige la «más absoluta normalidad».

Varias voces han coincidido en cuestionar la trayectoria de la formación naranja en Santiago, que acaba de celebrar su asamblea para elegir a su dirección de siete miembros en la agrupación compostelana, dando final al mandato de un junta gestora. Los responsables de Ciudadanos juzgan que el proceso ha sido limpio y «sin ninguna impugnación». No obstante sí ha habido una impugnación de un afiliado con escrito fechado el 9 de febrero en la que se pide la «repetición del proceso electoral» por «irregularidad grave advertida y fácilmente acreditable».

El primer momento convulso en la trayectoria capitalina de Ciudadanos se vivió con la elección de Javier Sánchez-Agustino como candidato a la alcaldía. Los descontentos creen que aquella fue una decisión personal de la cúpula compostelana en la que no se contó con los afiliados. «Me salí en ese momento, junto con otras personas, porque vi que eso no iba a ningún lado», dice un ex afiliado.

El candidato

Otra persona, esta sí aún afiliada a la organización, estima que «no ha sido una buena designación porque acabamos de sacar 6.000 votos en las generales en Santiago, y Sánchez-Agustino obtuvo 1.800 en las locales y se quedó sin escaño». «Esto lo controlan José Canedo, Sánchez-Agustino, Juanjo Chouza y Lola Pazos, y quienes no concuerdan con ellos o temen que vayan en su contra no tienen cabida», dice un tercer integrante de la formación. Resaltan que incluso se recurre a procedimientos «rastreros» para controlar a los afiliados y ponerlos al margen.

Mencionan el caso de uno de ellos, Pablo García Feteira, a quien le fue grabada una conversación con una militante, cuya transcripción literal llegó a este medio, y que sirvió para abrirle un expediente a esa persona crítica con el partido. «Este comité ejecutivo entiende que las expresiones mencionadas van en contra del ideario de C´s, con el grave perjuicio que podrían causar a la agrupación de Santiago», aduce el «comité ejecutivo» (ningún responsable político firma con su nombre el expediente disciplinario, fechado el pasado 6 de febrero).

El afectado recurrió la decisión el miércoles día 10 y en su escrito niega los argumentos del partido y condena la grabación de la conversación, que «deja claras las intenciones de sus autores, dispuestos a lo más espurio con tal de obtener rédito político». Al expedientado se le suspendió de militancia el mismo día de la elección de la junta directiva y no pudo votar.

Juan José Chouza, dirigente gallego de Ciudadanos, destaca que acaba de elegirse la junta directiva de la agrupación local «de forma democrática» y de acuerdo a los estatutos de la organización. Aunque el partido se fraguó recientemente y «hay problemas de acople», Chouza refiere que está funcionando «con normalidad absoluta». En relación a las expulsiones, señala que «son decisiones de régimen interno, y recurribles».