El Sindicato Unificado de Policía (SUP) de Santiago ha reclamado la ampliación de la plantilla de la comisaría compostelana hasta cubrir todos los puestos existentes. Actualmente hay 50 agentes de menos y esta va a seguir siendo este año la principal demanda de esta organización, que es la mayoritaria en la policía.
Para este ejercicio el sindicato también seguirá insistiendo en que todos los agentes cuenten con chalecos antibalas. Actualmente carecen de él al menos tres policías de Seguridad Ciudadana y esta carencia es aún más notable en las Unidades de Intervención Policial (UIP), ya que cada patrulla que está en la calle está compuesta por siete agentes pero solo disponen de tres chalecos. Sobre estas unidades, el sindicato también considera necesario que en el 2016 se amplíe su horario de actuación a las tardes, ya que actualmente solo están presentes de mañana.
Además, ninguno de los chalecos disponibles en la actualidad está adaptado para mujeres, por lo que las agentes tienen problemas para poder utilizarlos con la comodidad y eficacia necesarias. La importancia de contar con este sistema de protección estriba en que no son solo antibalas, situaciones que no suelen ser tan frecuentes en el día a día de un agente, sino que también protegen contra armas blancas y los policías de seguridad ciudadana sí sufren en muchas ocasiones ataques de este tipo.
Una por turno
Otra de las reivindicaciones del SUP es la necesidad de que los agentes cuenten con pistolas eléctricas Taser. «Lo ideal es que haya al menos una por turno y en Santiago tenemos cinco turnos», explica Abel Lobato, secretario federal del SUP en la Policía Autonómica y conocedor de las necesidades de la comisaría local. «Estas pistolas son muy útiles en situaciones en las que hay que reducir a una persona violenta y así se evita tener que utilizar las armas de fuego», añade.