Goles y orgullo de ciudad

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

20 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El Santiago Futsal ha salvado la primera pena máxima del partido, pero muy pronto tendrá que enfrentar otras en condiciones cuando menos muy inciertas. Ha ocurrido antes en el deporte compostelano y, o mucho cambia la respuesta de la ciudad o seguirá ocurriendo. Sobre una sana base competitiva y con un encomiable trabajo de cantera detrás, los equipos de élite contribuyen a la cohesión en torno a un orgullo de ciudad, y el Santiago Futsal, igual que la S.D. Compostela y el Obradoiro, presentan un currículo que, incluso en el caso del club de baloncesto en la actualidad, está muy por encima de la respuesta social.

No se puede comparar el poder de arrastre del fútbol-sala con el del fútbol o el baloncesto, pero tampoco las cifras presupuestarias; aunque todas extremadamente austeras, es bochornoso que un club con el brillante historial del Santiago Futsal se vea abocado a la desaparición por ser incapaz de conseguir 150.000 euros. La amarga pena de Santi Valladares ilustraba negro sobre blanco el problema: «En esta ciudad nos llevan la Catedral y nadie hace nada».

Así, la continuidad de la capital de Galicia entre los mejores del deporte queda supeditada a las aventuras personalistas de empresarios dispuestos a perder mucho dinero no se sabe bien a cambio de qué o al inaceptable método de la llamada a rebato para que los adjudicatarios de servicios municipales apoquinen, en espera de generosas y opacas compensaciones a cuenta del erario público.

Lo que falta es el capital que produce el orgullo de ciudad. Su rendimiento es incalculable, también en el deporte.