Hernández zanja las corrientes internas y liderará el PP sin rivales

x. r. santiago / la voz

SANTIAGO

El lunes será elegido presidente tras aunar las diferentes sensibilidades

07 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El PP de Santiago ha entrado en una de sus etapas más bonancibles, probablemente la más, de su historia, marcada por las turbulencias y el enfrentamiento de sensibilidades. Hubo momentos de paz, pero era más bien una pax romana con gérmenes levantiscos. Agustín Hernández es el artífice de la calma que vive la organización, y quien va a asumir desde el lunes la presidencia de la agrupación local. Sin rivales.

Y es que no hay voces discordantes en esta etapa del PP. El lunes se celebrará un congreso para la elección de la nueva ejecutiva, y por una vez va a tratarse de un acto prácticamente de trámite. Un acto de ratificación y consenso.

Ese consenso está plasmado en la directiva que va a presentar Agustín Hernández a la asamblea, con un reparto que pretenden abarcar las antiguas corrientes del partido, hoy aletargadas. El asunto es que, de acuerdo a las prospecciones realizadas, nadie tiene nada que decir contra el ex conselleiro de Medio Ambiente. Ni siquiera afloran reproches por la pérdida de las elecciones, a sabiendas de que ha tenido solo un año de gestión y tres años de debacle heredada.

¿Quienes son aquí los oficialistas y los críticos o alternativos? «No hay», dice un integrante de la organización. Asegura que «seguramente el congreso será un trámite en lo que se refiere a la competencia, pero es una oportunidad de revitalizar el partido», opina.

Los pilladistas, que estarán suficientemente representados en el comité ejecutivo, aseguran estar «encantados con que sea Agustín el responsable local y le apoyamos sin fisuras».

Tampoco es de extrañar que tirios y troyanos caminen juntos en este caso si se atiende a un detalle que en su día se dio y se frustró. Tras la elección de Ángel Currás como alcalde, gracias a los oficios de Conde Roa, había que elegir al presidente de la junta gestora del PP local. El propio Conde Roa y David Pillado firmaron un escrito que se disponían a presentar en las instancias del partido para que ese presidente fuese Agustín Hernández. Todavía no había irrumpido en la vida política compostelana el exconselleiro, ligado a su departamento autonómico.

Persona adecuada

Pero no llegaron a presentarlo porque Ángel Currás, como nuevo regidor, se empeñó en ostentar también la dirección del PP compostelano. En ese caso Gerardo Conde, su mentor, no vio la decisión con buenos ojos porque pensaba que la persona adecuada para aunar el partido era Hernández.

Curiosamente cuando, llegado el momento, el ex conselleiro se adueñó del partido en sustitución de Currás, algunos militantes se disgustaron con la actitud de Agustín Hernández por considerar que había entrado en la reunión de la ejecutiva «como Perico por su casa», como un perdonavidas.

Hoy tiene a la militancia a su lado, enarbola una propuesta para el comité de 22 integrantes poblada de jóvenes, a la que él mismo agregará varias personas de su confianza, y una comisión directiva de más de 80 miembros. Ahí cabe bastante gente.