Noriega a Reyes: «Estamos noutras cousas, non en cuestións de palacio»

r. m. santiago / la voz

SANTIAGO

El alcalde defiende el reparto de despachos, que PP y BNG no cuestionan

23 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Temos suficientes problemas e retos na cidade como para estar centrados noutras cousas e non en cuestións de palacio». Así intentaba zanjar ayer el alcalde, Martiño Noriega, la polémica abierta por el reparto de despachos en Raxoi para los grupos políticos de la corporación y sobre el que populares y nacionalistas no han objetado, pero sí el PSOE, que entiende que la redistribución decidida por Compostela Aberta no guarda equidad con la representatividad de los distintos grupos.

Noriega defendió ayer que ese fue un tema hablado con la oposición y que se intentó «facelo con toda a xustiza e proporcionalidade e provocando o menor problema para os grupos e o menor gasto para o Concello no caso de ter que facer reformas». Aparte de considerar que cada grupo «ten o que lle corresponde de maneira proporcional», el regidor concluye que «ese é un tema que non interesa aos veciños» y reprochó a los socialistas que pretendan hacer de esa una «cuestión política», con «interpretacións», además, sobre un posible trato de favor al PP estando pendiente la negociación de los presupuestos, «cando está claro que non hai puntos coincidentes entre CA e o PP».

Precisamente, los contactos para abordar la aprobación de las ordenanzas fiscales y los presupuestos del 2016 arrancarán hoy con una reunión por la mañana con Paco Reyes y por la tarde con Rubén Cela. Con Agustín Hernández aún no se ha fijado fecha.

PP y BNG han asumido sin tensiones el reparto de despachos. El PP, que se queda en el que tenía, el más espacioso, defiende que la distribución responde a la primera propuesta de CA, que les parece «de sentido común».

CA decidió respetar su ubicación para evitar un movimiento en cadena que afectase a todos los grupos excepto al BNG, que cede uno de los dos despachos que tenía hasta ahora. Quien sí se tendrá que mover es el PSOE, que dejará su local, el segundo más amplio de los reservados a los grupos políticos, para ocupar dos separados, aunque próximos.

Los nacionalistas tampoco polemizan por una distribución en el que demandaban que se cubriesen las necesidades de los grupos, más allá del debate sobre la correlación entre espacio y representatividad, aunque tratando de tenerla en cuenta. Quizá la pega que ve Cela, que solicitó infructuosamente un espacio de uso común para reuniones de trabajo de los partidos, esté en cerrar la cuestión vía decreto pese a indicar que sí se intentó inicialmente sacarla por consenso.