La USC hace sus deberes

Ignacio Carballo González
Ignacio Carballo LA SEMANA POR DELANTE

SANTIAGO

28 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La USC ha emprendido un camino sin retorno para la adaptación de su estructura al nuevo modelo impuesto por la merma de los fondos autonómicos y estatales y por la pérdida de alumnado. El claustro de la Universidade impulsó esta semana la anunciada reforma de los departamentos de las facultades, elevando el listón de quince a veinte profesores como el mínimo para su mantenimiento, con carácter general aunque con posibilidad de aplicar excepciones justificadas.

Para ejecutar esta medida no exenta de polémica, el rector Juan Viaño argumenta una evidente necesidad de reducir la burocracia universitaria, insostenible en el nuevo contexto económico, pero a nadie se le escapa que también levantará ampollas por lo que los departamentos tienen de núcleos de poder o contrapoder con notable influencia en distintos centros universitarios. De ahí la necesidad de criterios claros y objetivos para aplicar este nuevo recorte.

La USC está bien posicionada para hacer valer su potencial como universidad investigadora y, por tanto, para incrementar sus recursos externos vinculados a objetivos y resultados. La Xunta no puede eludir los factores competitivos en la negociación del nuevo plan de financiación del sistema universitario gallego para el período 2016-2020. Tampoco debe hacer oídos sordos a las necesidades apremiantes de reposición de profesorado, catedráticos y titulares jubilados, en numerosos centros -Medicina, como reitera su decano Juan Gestal, pero también otros-, porque de lo contrario penalizará gravemente la calidad de la actividad docente. La USC está haciendo sus deberes y su plan de equilibrio financiero empieza a rendir resultados, asumiendo sacrificios todos los estamentos universitarios. Este rigor salva situaciones extremas de falta de liquidez como la suspensión de los gastos corrientes dictada estos días por la Universidade da Coruña y arma de razones a la institución académica compostelana para recibir un trato justo de cara al nuevo plan de financiación, que deberá contribuir a paliar la asfixia de las universidades como exigen los tres rectores pero primando también su eficiencia y su rendimiento social.