Al margen de la decisión que el Cabildo tome respecto a la apertura de la Puerta Santa, el nuevo año santo promete un repunte en los centros de peregrinación. Sin embargo, fuentes de la Catedral señalaban que su repercusión no será la misma que la de un Xacobeo al afectar en este caso a todas las diócesis.
De igual modo, se espera que los romeros que buscan la indulgencia plenaria y el perdón de sus pecados lo hagan atravesando las distintas puertas santas abiertas con ocasión del Jubileo Extraordinario, por lo que su impacto se verá repartido.
La universalidad de este año santo es, precisamente, uno de los aspectos sobre los que incide la bula que lo convoca, un extenso documento compuesto por veinticinco puntos y doce páginas. El papa Francisco señala en él que la misericordia es la «viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia» y, por esta razón, se decidió que no solo Roma celebrase este año santo sino también a nivel local y en todas las diócesis del mundo en señal de comunión.
Una vez iniciado el período de reflexión al que se acoge el Cabildo de Santiago para valorar la repercusión de abrir este año la puerta de A Quintana, fuentes implicadas en la toma de esta decisión aseguraban que en la sesión ordinaria de ayer la predisposición que mostraron los capitulares compostelanos era, de entrada, buena.
Si bien es cierto que el órgano de gobierno del templo ha incidido en que su decisión atenderá a repercusiones «pastorales», en los últimos días otros sectores de la sociedad compostelana han puesto el énfasis en los efectos colaterales que podría tener la apertura de la Puerta Santa para el turismo y comercio.