El programa de actos se intensifica
01 abr 2015 . Actualizado a las 11:20 h.1 Los ritos y procesiones de Semana Santa siguen sucediéndose sobre el pavimento compostelano y cada vez con más intensidad. Ayer le tocaba el turno al Santísimo Cristo de la Paciencia, de la cofradía del mismo nombre (en la imagen superior) y a la procesión de la Oración del Huerto -cofradía de la Vera Cruz- y hoy los focos se central en la eucaristía en la iglesia de San Francisco, que presidirá el arzobispo Julián Barrio. Al final de la ceremonia partirá del edificio conventual el Via Crucis, organizado por la Coordinadora de Asociaciones Religiosas Seglares desde el año 1988. La marcha luctuosa de la Pasión recorrerá diversas calles del casco viejo compostelano y desembocará en la plaza do Obradoiro. En este Via Crucis participan representantes de las trece cofradías penitenciales de Santiago, junto con las asociaciones seglares y los fieles. Por otra parte, a las 11 de la noche saldrá del colegio de As Orfas la procesión de los estudiantes. Los cofrades portarán lazos negros en recuerdo de las víctimas del reciente accidente aéreo de los Alpes.
Misa Crismal
2 El arzobispo de Santiago también presidió ayer la Misa Crismal en la Catedral acompañado del obispo auxiliar y de 150 presbíteros de toda la archidiócesis. En el acto litúrgico consagró el santo Crisma y los Santos Óleos. En su homilía, el prelado puso de relieve que el sacerdote se convierte en «voz de quien no tiene voz: los pequeños, los pobres, los ancianos, los oprimidos, marginados». Les instó a vigilar para que sus gestos sagrados «no se vacíen de presencia espiritual convirtiéndose en mecánicos, para que nuestro ministerio no pierda el fermento sobrenatural».
Consejos de podólogos
3 La carga física que representan los pasos de las procesiones puede ser perjudicial para la saluda de quienes la sostienen. A este respecto, los podólogos gallegos hicieron público un documento en el que recomiendan a los costaleros realizar un estudio previo para evitar lesiones en la columna y los pies, así como darse baños de agua fría para conseguir un efecto antiinflamatorio local al final de la procesión. Las partes más castigadas, según los podólogos, son la columna vertebral y las piernas.