La defensa insiste en que el acusado de robar el Códice ahorró 1,7 millones trabajando

Xurxo Melchor
Xurxo Melchor SANTIAGO

SANTIAGO

Presenta como testigos a personas que emplearon a Castiñeiras como electricista  y a su mujer como costurera

02 feb 2015 . Actualizado a las 17:16 h.

La octava jornada del juicio por el robo del Códice Calixtino de la catedral de Santiago ha concluido con las últimas declaraciones de testigos de la vista, que continuará mañana con la presencia de los peritos y con la exhibición de los vídeos de las cámaras de seguridad en los que se ve al principal acusado, Manuel Fernández Castiñeiras, llevándose fajos de dinero de la caja fuerte del despacho del administrador.

La defensa ha dedicado esta última jornada a insistir en intentar demostrar que Fernández Castiñeiras y su esposa, Manuela Remedios Nieto, también juzgada en esta vista pero solo por blanqueo, ahorraron los 1,7 millones de euros que se encontraron en sus cuatro propiedades inmobiliarias y que el fiscal y la catedral compostelana aseguran que el exelectricista les robó entre el año 2000 y el 2011.

La abogada de los tres acusados (el hijo de ambos, Jesús Fernández Nieto, también está acusado de blanqueo) ha presentado a la sala como testigos a personas para las que el presunto ladrón del Códice y su mujer trabajaron y que les pagaron en metálico y sin que hubiera contrato. Él como electricista para particulares y empresas y ella como modista para vecinas, conocidas y también alguna tienda de ropa. Así y ahorrando mucho fue como, según la defensa, lograron comprar dos pisos en O Milladoiro y un apartamento en la playa de A Lanzada que pagaron al contado, así como mantener la casa de Negreira que heredaron. Y así también aseguran que reunieron los 1,7 millones de euros que Castiñeiras está acusado de robar y que la Audiencia Provincial ya ha devuelto provisionalmente a la catedral de Santiago.

Antes de la vista de hoy, la abogada que defiende al exelectricista de la catedral, a su mujer y a su hijo insistió también en la que ha sido hasta ahora su única línea de defensa clara: buscar la nulidad del proceso. Alega que fue de la instalación de micrófonos en el domicilio en el que vivían Castiñeiras y su esposa de lo que derivó la detención de toda la familia y que como esa prueba ha sido ya anulada por el tribunal todo el proceso es nulo. Su pretensión choca con el criterio que ya ha mostrado la sección compostelana de la Audiencia Provincial, que sí ha anulado esa prueba, pero ninguna otra, y que ya ha manifestado que de aquellas escuchas la policía no obtuvo ninguna información relevante para el esclarecimiento del caso.

Para Manuel Fernández Castiñeiras el fiscal pide quince años de cárcel y multa de 300.000 euros por dos delitos de robo con fuerza, del Códice y del dinero, uno contra la intimidad por los  miles de documentos de la catedral y de canónigos hallados en su poder, y otro de blanqueo de capitales por las compras de pisos con el dinero presuntamente robado. A la mujer, Manuela Remedios Nieto, y al hijo, Jesús Fernández Nieto, el ministerio público los acusa de blanqueo de capitales y solicita para ambos un año y medio de prisión y 300.000 euros de multa. Además, los tres se exponen al decomiso del piso de O Milladoiro (Ames) en el que vivía el hijo y del apartamento de A Lanzada, situado en A Revolta (Sanxenxo).