Ahí Raxoi no se pronuncia todavía, pero tampoco se cerró a nada tras escuchar las distintas «sensibilidades» de una actuación que defiende como «nada caprichosa» por la necesidad de renovar los servicios básicos de la calle (de hecho consumirán sobre la mitad del gasto, dice) y de poner esta en valor a través de la recuperación de su vinculación con la Alameda. El gobierno dice que en esa reunión no ha detectado un rechazo total, sino incluso distintos pareceres. En cuanto al tráfico, afirma que los que expusieron los afectados se mueven entre la peatonalización y la necesidad de preservar al menos parte del aparcamiento, y por tanto el tráfico. Y esa es la cuestión que habrá de dilucidar Raxoi tras unas reunión en las que no estaba la recién creada plataforma Carreira do Conde, que cuestiona que no se le invitase. El gobierno alega que el colectivo no se había puesto en contacto con él, pero está dispuesto a reunirse con quien lo solicite.
Reconociendo la disponibilidad del alcalde y que no se haya cerrado en banda, comerciantes y vecinos admiten que la eliminación de las gradas y la preservación de al menos una banda de aparcamiento sería bueno. «Polo menos mellor do que van facer», dice Xaquín Mato por la parte vecinal, aunque con recelo sobre cuál será la decisión final y después de insistir en el problema que para el Ensanche supone la permanente eliminación de aparcamiento. En ese sentido, acogió bien que el alcalde aludiese a la iniciativa de antaño de hacer un párking en el campus. Para Santiago Centro, con esos cambios «estaríamos hablando de una realidad muy distinta». El alcalde les anunció el próximo inicio de conversaciones con los párkings del Ensanche.