El exdeán dice que el supuesto ladrón del Códice se volvió «agresivo» tras exigir un contrato fijo
SANTIAGO

José María Díaz dice ante el tribunal que nunca habló con Fernández Castiñeiras sobre el Códice Calixtino. Sigue aquí toda la información
21 ene 2015 . Actualizado a las 18:42 h.Llegó el tercer día del juicio por el robo del Códice Calixtino. Tras la declaración de ayer de los acusados, hoy compareció ante el tribunal de sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, que tiene su sede en los juzgados de Santiago, el exdeán de la catedral, José María Díaz.
Díaz ha declarado que nunca le dio las llaves de ninguna estancia del templo al principal acusado por el robo del Códice, el electricista Manuel Fernández Castiñeiras, que ayer negó su confesión. Según el exdeán, este trabajó en el archivo catedralicio para electrificar una sala que no tenía luz. No recuerda si tal vez en alguna ocasión pudo dejarle alguna para que pudiera trabajar en su ausencia.
El clérico ha declarado que conoce a Manuel Fernández Castiñeiras desde «hace muchos años», cuando estaba soltero. Y que tuvo durante mucho tiempo una buena relación con él hasta que fue nombrado deán. Entonces, respondió Díaz a preguntas del abogado de la catedral, «todo cambió».
Según el exdeán, Castiñeiras le pidió que resolviera sus demandas ante la catedral: un contrato fijo y, cuando le echaron, una indemnización por despido improcedente de «40 millones de pesetas». Díaz le dijo que no podía acceder a estas «exigencias» y el supuesto ladrón del Códice adoptó «una postura bastante agresiva». Pero niega que hubiera «una enemistad».
Documentos privados y fotos personales
El exdeán ha reconocido ante el tribunal una decena de carpetas con documentos privados y fotos personales que encontraron en poder de Fernández Castiñeiras y ha declarado que «durante muchísimos años fue amable y servicial conmigo atendiéndome en todo lo que yo pudiese necesitar» y que «nunca hablaba mal de nadie y las conversaciones conmigo solían derivar a temas espirituales». Según Díaz, nunca habló con él sobre el Códice Calixtino.
El exdeán también ha declarado que supo que había desaparecido el Códice el 5 de julio del 2011 a las ocho. Fue un colaborador quien lo echó en falta y le llamó a casa.
Tuvo que renunciar en el 2012
En diciembre del 2012, la Conferencia Episcopal forzó la dimisión de José María Díaz indignada por el evidente descontrol que existía en la basílica compostelana. Un caos palpable en la falta de vigilancia y seguridad que existía sobre el Códice y el dinero que los feligreses donaban al templo. El canónigo no quiso decir en aquel momento más que «sobre la dimisión me prohíbo decir nada» y desde entonces no ha vuelto a hablar en público. Hasta hoy.