¿Pueden ahorrarse 1,7 millones de euros trabajando como electricista?

La Voz

SANTIAGO

18 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Qué sucederá si la sección sexta de la Audiencia Provincial decide mañana rechazar todas o al menos la mayoría de las peticiones de nulidad que va a plantear la defensa de Manuel Fernández Castiñeiras? Pues que al ladrón del Códice Calixtino se le empezará a poner muy cuesta arriba el juicio, porque el plan B de su abogada tiene escasas posibilidades de éxito frente a la contundencia de la acusación del fiscal. El caso ha recaído además en Antonio Roma, uno de los más experimentados y prestigiosos representantes del Ministerio Público en Galicia.

Si no logra anular las pruebas, la abogada Carmen Ventoso intentará entonces demostrar que el ladrón del Códice, que sí confesó en su día haberse llevado el famoso libro del archivo de la catedral, no robó 2,3 millones de euros de la basílica entre el 2000 y el 2011, tal y como está acusado.

Para ello, ha presentado un informe de un economista en el que se asegura que el dinero y propiedades que tenía Fernández Castiñeiras en el momento de ser detenido, el 3 de julio del 2012, pudo ser obtenido de forma lícita. Lo habría conseguido trabajando como electricista no solo en la basílica compostelana, sino haciendo múltiples chapuzas con encargos informales y sin contrato, motivo por el cual el dinero no habría sido declarado a Hacienda.

No hay que olvidar que el economista que suscribe el informe ha sido contratado por la propia abogada del acusado, lo que hace que tenga escaso valor para el tribunal, al no tratarse de una institución oficial y, por lo tanto, imparcial.

Más allá de cuestiones técnicas, a nadie se le escapa que resulta prácticamente imposible que con un sueldo de electricista alguien se pueda comprar dos pisos en O Milladoiro (Ames), un apartamento en Sanxenxo frente a la playa de A Lanzada y aun así ahorrar los 1,7 millones de euros -30.000 de ellos en dólares americanos- que tenía en su poder en metálico y guardados en sus viviendas cuando fue arrestado por el robo del Códice.

Otro dato que no le favorece es que al menos el apartamento de la recta de A Revolta, en la parroquia de Noalla (Sanxenxo), lo pagase a tocateja y no tuviese que suscribir ninguna hipoteca, como es habitual entre las personas que viven de un sueldo y de un trabajo sencillo como es el de electricista.

En el remoto caso de que el tribunal aceptase que la procedencia de los millonarios ahorros de Fernández Castiñeiras son fruto de su duro trabajo, lo que no podría de ningún modo evitar es tener que hacer frente a un delito de blanqueo de capitales, del que también están acusados la mujer y el hijo del ladrón del Códice, Manuela Remedios Nieto Mayo y Jesús Fernández Nieto. Las consecuencias de no haber declarado a Hacienda no solo les podrían suponer multas de 300.000 euros a cada uno, sino el decomiso de los pisos supuestamente comprados con dinero negro: uno de los dos que tienen en O Milladoiro y el apartamento de A Lanzada.

Las posibilidades de que el tribunal se crea la teoría de que Fernández Castiñeiras ahorró 1,7 millones de euros con su trabajo son mínimas. Prueba de ello es que solo unos días antes del juicio la Audiencia ha decidido devolverle provisionalmente ese dinero a la Iglesia. Mal augurio para el acusado.

JUICIO AL LADRÓN DEL CÓDICE

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