El PP mantiene el discurso de la «normalidade» ante la marcha de Currás y la oposición dice que es tardía

Rosa Martínez SANTIAGO

SANTIAGO

El exalcalde causará baja oficialmente en la corporación en el siguiente pleno

10 nov 2014 . Actualizado a las 17:01 h.

La marcha de Ángel Currás del Ayuntamiento compostelano culmina con «normalidade» la etapa de transición que se abrió en la Administración local cuando Agustín Hernández le dio el relevo en la alcaldía a quien a su vez había sido el sustituto de Conde Roa.

Así lo sostiene el gobierno local, que sigue instalado en el discurso de la normalidad y que esta mañana desvinculó esa marcha en este momento del frustrado intento de recolocación de Currás en la delegación gallega de la empresa pública Tragsa. «Entendo que non», que nada tiene que ver, dijo el portavoz del gobierno, Alejandro Sánchez-Brunete, al planteársele la cuestión. «Currás mantívose no goberno para achegar información» en esa transición «e cumprido iso, isto é a culminación do proceso de normalidade».

Pero no es normalidad lo que aprecia la oposición, que considera que la renuncia de Currás no solo llega tarde sino que Agustín Hernández deberá explicar por qué lo mantuvo todos estos meses con una dedicación exclusiva por unas competencias «que eran un misterio», según el socialista Paco Reyes. Su permanencia en la corporación suponía una «aberración» para el nacionalista Rubén Cela, aunque su marcha ha reabierto también el dabate sobre la presencia mayoritaria de concejales no electos, tan cuestionada por la oposición.

La renuncia de Currás sumará un no electo más y totalizará ocho de un grupo de trece. Y de esos trece solo pervive uno del gobierno de Conde Roa, la que fuera mano derecha de Currás, Reyes Leis. Pero su marcha no se formalizará hasta el próximo pleno de la corporación, que toca el último viernes de mes. Solo se adelantaría si hubiese una sesión extraordinaria antes. Hasta entonces tampoco se puede iniciar la tramitación para acreditar a quien será su sustituto.